jueves, 25 de febrero de 2016

Casino del Centro: El ejemplo (II)


Seguimos este miÉrcoles con una nueva entrega de la colaboración entre el sociólogo Miguel Mojarro y la periodista Carmen Alcázar, con la que se evidencia y se resalta otra de las cualidades de esta nueva etapa del Casino del  Centro Cultural de Nerva: la planificación y la visión de Casino activo y organizado. 
Miguel Mojarro.
Sociólogo
Carmen Alcázar
Periodista 

Hace una semana, el miÉrcoles pasado, hablábamos de uno de los logros que el Casino del Centro, de Nerva, ha escrito en la breve historia de su nueva etapa. El que quiera saber de qué va, puede leerlo en el blog “Amigos de los Casinos”, el lugar de la Red en el que lo que se dice es importante, fiable y oportuno.


Hoy, toca traer a la luz otro de los logros de este equipo directivo, en el que los dos Vicente, padre e hijo, y el “patrón” Francisco, están logrando lo impensable y colocando muy alto el listón del buen hacer, para los que quieran poner su casino por delante de otros intereses.

Hay en Nerva dos Casinos que rivalizan en historia y en tradición cultural. Entre ellos, un vigilante de categoría, el Museo Vázquez Díaz, que hereda de ambos su afán pictórico y divulgador. Dos Casinos que acumulan años y estética para ser ejemplo en toda Huelva y en el Sur, de lo que fueron los Casinos, esas sociedades culturales que pusieron su calidad allí donde no había ateneos. Ni escenarios. Ni radios. Ni lugares de encuentro. Ni … nada. Solamente casinos, que no es poco.


Pues en Nerva, uno de ellos, ha superado días de amenaza efectiva de desaparición y se ha colocado en ese ramillete de media docena de ejemplos casineros onubenses. Ya mencionamos en anterior artículo uno de los logros: Hacer de él un Casino abierto y dinámico.

Hoy ponemos el acento en otra de las cualidades de esta Directiva: La planificación. Que hacer bien las cosas pasa por tener claras las decisiones a tomar, prever con tiempo, buscar el sitio de cada acción, … En una palabra, planificar adecuadamente, huyendo la improvisación, que es el mayor enemigo de la eficacia.

Un casino activo y organizado, es la realidad que busca esta Directiva y para eso pone sus neuronas a trabajar con el tiempo necesario. sorprendente la agenda perfectamente organizada de actividades, que, a corto, medio y largo plazo es trabajada por sus componentes. Como debe ser. Como Dios manda, que para eso organizó los mandamientos en sus tablas, antes de que nosotros empezáramos a incumplirlos. Que para eso somos únicos. Los hombres, fieles a su tendencia a la improvisación, huyen de la previsión y la organización.


Pero es el único camino para buscar la eficacia. Y el Casino del Centro lo ha puesto como una de sus herramientas fundamentales. Y para grabar esta manera de trabajar en los genes de la nueva etapa.


Pero nadie diga que es fácil hacer cosas “con pólvora ajena”. Es dinero del Casino, pero que alguien diga si se pueden hacer tantas cosas, tan bien hechas y de ese calibre, con los fondos de un casino. Hace falta saber gestionarlo y hacerlo con habilidad e inquietud. No basta con intentarlo. Hay que acostarse con la mente pensando en qué hacer y levantarse con la disposición de hacerlo.
Y con pocos medios, porque debe recordarse la deuda económica que pesa sobre la Sociedad y que de la directiva inicial se han ido cayendo apoyos personales. Todo bascula en los hombros de tres personas: El Presidente y los dos Vicente, padre e hijo, que están dando un ejemplo práctico de cómo gestionar un casino y colocarlo en el camino adecuado a su historia.

Encaje de bolillos se llama esto. Sacar todo el planing adelante, buscando una respuesta digna de los nervenses. Que para eso es su Casino.

Hoy queremos terminar como en el artículo anterior, poniendo en clave sencilla la realidad de este Casino ejemplar. Entre sus muchas cualidades, esta Directiva sabe hacer algo importante: Planificar. Y hacerlo bien. Y hacer el milagro de lograrlo con los escasos medios disponibles.

Tomen nota quienes tengan la magnífica intención de servir a su casino, esté donde esté.

Dicho queda.

Carmen Alcázar y Miguel Mojarro 

Puedes leerlo también en el blog Amigos de los Casinos de Huelva, pinchando AQUÍ

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