Historia de los asentamientos situados en la Vía General del Fc. de Riotinto (III)
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4. LA APARICIÓN DE OTROS ASENTAMIENTOS
Con el paso de los años, el Ferrocarril de Riotinto comenzó a sufrir un deterioro lento pero muy importante, que se debió fundamentalmente a los siguientes factores:
Instralaciones del Tunel 16 en Naya.
1º.- Por un lado, influyó notablemente el propio envejecimiento de la Vía General y de sus instalaciones complementarias, tales como los puentes, las trincheras, los túneles, las viviendas de las estaciones y el desgaste natural o accidental de los propios raíles de las vías. Por ejemplo, uno de los asuntos a los que hubo que prestarle mucha atención, fue a las traviesas de los puentes, debido a los frecuentes incendios que provocaban los chisperos de las locomotoras. Como consecuencia de estos accidentes tan reiterativos, hubo dos puentes (el de Las Mallas y el de Salomón), en los que las traviesas de madera que ocupaban los vanos fueron protegidas con chapas estriadas de hierro. En otros, el problema se resolvió eliminando las traviesas y fijando los raíles sobre vigas de hierro longitudinales con durmientes de madera.
2º.- Otro factor determinante que, obviamente, influyó en el deterioro del Ferrocarril fue el aumento tan considerable de las piritas transportadas, sobre todo durante las primeras décadas del siglo XX. Pues a medida que se abrían nuevas cortas a cielo abierto o se alumbraban nuevas explotaciones subterráneas, la producción minera fue en aumento, y fue necesario ampliar considerablemente el servicio de trenes con destino a Huelva. De modo que la época más próspera del ferrocarril puede decirse que coincide, en términos generales, con las épocas más álgidas de producción en las Minas de Riotinto.
Locomotora Garrat, saliendo de Las Cañas
Locomotora Garrat, saliendo de Las Cañas
3º.- Otro factor importantísimo que deterioró de forma notable las vías y los puentes fue la llegada de nuevas locomotoras de vapor, mucho más pesadas, como fueron las del “Tipo-200” y las “Garratts” . Este inconveniente obligó a la “Compañía de Río Tinto” a tener que acometer un proyecto bastante ambicioso de reformas; sustituyendo en unos casos los primitivos raíles de las vías por otros de más peso y ejecutando, en otros casos, importantes obras de reforzamiento en las estructuras de los puentes .
Casas del Manzano, al borde de la Vía General.
Como todas las reformas descritas con anterioridad exigían abundante mano de obra, las estaciones, caseríos y otras viviendas aisladas fueron multiplicándose a lo largo de la Vía; de modo que para cubrir las nuevas necesidades de la RTC se construyeron las estaciones de San Juan del Puerto, Las Mallas y el Apartadero de los Frailes. En cuanto a los núcleos de población en los que prestaban servicio los obreros del ferrocarril, los caseríos más importantes que se construyeron al borde la Vía General, fueron Las Cortecillas, con 8 casas; El Manzano, con 7; y La Picota, con 20 casas. Otros núcleos de cierta entidad, compuestos de entre 3 y 5 viviendas, fueron: Pataleta, con 3; Casas de María Antonia, con 4 y Robladito, con 5. También había 4 asentamientos con 2 viviendas cada uno y ocho viviendas aisladas. Como puede apreciarse, la Vía entre Riotinto y Huelva estaba jalonada de pequeños caseríos y estaciones, entre los cuales había una distancia media de 2 ó 3 kilómetros; y en ocasiones, hasta menos.
Los otros asentamientos poblacionales y estaciones que surgieron a lo largo de la Vía General del Ferrocarril Riotinto-Huelva, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, son los que a continuación se relacionan:
1.- Estación S. Juan del Puerto, Kº 12.367 13.- Puente Manantiales, en el Kº 47.5
Como todas las reformas descritas con anterioridad exigían abundante mano de obra, las estaciones, caseríos y otras viviendas aisladas fueron multiplicándose a lo largo de la Vía; de modo que para cubrir las nuevas necesidades de la RTC se construyeron las estaciones de San Juan del Puerto, Las Mallas y el Apartadero de los Frailes. En cuanto a los núcleos de población en los que prestaban servicio los obreros del ferrocarril, los caseríos más importantes que se construyeron al borde la Vía General, fueron Las Cortecillas, con 8 casas; El Manzano, con 7; y La Picota, con 20 casas. Otros núcleos de cierta entidad, compuestos de entre 3 y 5 viviendas, fueron: Pataleta, con 3; Casas de María Antonia, con 4 y Robladito, con 5. También había 4 asentamientos con 2 viviendas cada uno y ocho viviendas aisladas. Como puede apreciarse, la Vía entre Riotinto y Huelva estaba jalonada de pequeños caseríos y estaciones, entre los cuales había una distancia media de 2 ó 3 kilómetros; y en ocasiones, hasta menos.
Los otros asentamientos poblacionales y estaciones que surgieron a lo largo de la Vía General del Ferrocarril Riotinto-Huelva, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, son los que a continuación se relacionan:
1.- Estación S. Juan del Puerto, Kº 12.367 13.- Puente Manantiales, en el Kº 47.5
2.- Campo del Moro, en el Kº 25 14.- Caserío de Cortecillas, en el Kº 49
3.- Estación de Las Mallas, en el Kº 27.017 15.- Túnel de Salomón, en el Kº 51
4.- Puente de Las Mallas, en el Kº 27.4 16.- Pasada de Las Cañas, en el Kº 55
5.- Casa de La Vadera, en el Kº 34 17.- Caserío de Robladito, en el Kº 58
6.- Casa de Juan Muñoz, en el Kº 35 18.- Caserío del Manzano, en el Kº 64
7.- Casa de La Torre, en el Kº 36 19.- Caserío de La Picota, en el Kº 68
8.- Casas de La Guilosa, en el Kº 37 20.- Casas de Caño Ronco, en el Kº 69
9.- Caserío de Pataleta, en el Kº 40 21.- Casa de Cachán, en el Kº 70
10.- Casas del Pipero, en el Kº 43.200 22.- Estación de Los Frailes, Kº 71.577
11.- Casa del Cascajal, en el Kº 44 23.- Estación de Marín, en el Kº 77.6
12.- Casillas de María Antonia, en el Kº 46
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