LOS PUENTES DEL FERROCARRIL
Al margen del copioso número de alcantarillas que se proyectaron para salvar las vaguadas y los arroyos menos importantes que cruzaban el Ferrocarril de Aznalcóllar, La Compañía Gaditana de Minas tuvo que costear dos viaductos metálicos de gran envergadura sobre los ríos Agrio y Guadiamar; otro puente metálico de 4 metros, a la entrada de Gerena; varios pontones también metálicos entre Camas y el embarcadero de San Juan de Aznalfarache; dos macilentos puentes (muy similares entre sí) construidos con ladrillos de fábrica y un paso elevado en las cercanías de Santiponce.
VIADUCTO MÉTALICO SOBRE EL RÍO AGRIO:
Este macilento viaducto, conocido también por los vecinos de Aznalcóllar como "Puente del Convento" o "Puente sin Baranda", fue construido pos la Compañía Gaditana de Minas sobre el arroyo de Los Frailes, que bordea la zona levante de las minas, en dirección Norte-Sur. Curiosamente, fue hecho en su totalidad con ladrillos de fábrica prensados, del tipo de los empleados en otras edificaciones de la línea; a pesar de la proximidad de Gerena, donde en aquella época se explotaban excelentes canteras de granito, y quizás el empleo de este tipo de roca hubiera resultado menos costoso para la compañía propietaria del ferrocarril. Sólo se utilizaron sillares de granito en las coronaciones laterales del muro.
El citado puente se compone de tres arcos idénticos de medio punto, espaciados uniformemente. Dichos arcos fueron reforzados a partir de 1952, fecha en que las Minas de Aznalcóllar por la Seville Sulphur a la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya (PINEDO VARA, 1963), y se introdujo para reforzar el parque tractor la locomotora 0-4-0 T, número 13, apellidada POZOBLANCO. Esta máquina, fabricada por "Fives-Lille" en 1903, procedía del ferrocarril Peñarroya-Puertollano, era mucho más pesada que las que tenía la Compañía Gaditana de Minas, y fue devuelta (Allen et al., 1987) a sus antiguos propietarios hacía el año 1956-57.
Cada arco de los que componían el puente (a excepción del central) se reforzó con cinco zunchos metálicos : uno en vertical y los otros cuatro oblicuos, simétricos con el del centro. Cada zuncho se compone a su vez de dos parejas de raíles enfrentados entre sí y dos varillas pasantes que oprimen el muro en sentido transversal, a modo de prensa. En los extremos de cada pareja de raíles van soldadas dos pletinas con sendos agujeros, a través de los cuales pasan las varillas, que se roscan por sus extremos mediante tuercas que presionan el muro interiormente.
Cuando la entidad sueca Boliden-Apirsa S.L., propietaria de las Minas de Aznalcóllar en los últimos años, proyectó la moderna explotación a cielo abierto de "Los Frailes", hubo la sospecha de que este viaducto desaparecería en breve, porque se encontraba muy próximo a las labores mineras. Pero afortunadamente para los amantes del patrimonio ferroviario de la Faja Pirítica del Suroeste Ibérico, las obras se proyectaron para desviar el arroyo de Los Frailes, a levante de la mina, no afectaron para nada este emblemático viaducto, que a pesar de los años transcurridos desde que se construyera, presenta todavía un magnifico estado de conservación.
El viaducto sobre el río Agrio, más conocido por la gente de Aznalcóllar como el "Puente de Hierro", fue construido en 1913, a raíz de la solicitud del ayuntamiento de ese pueblo, de fecha 30 de Septiembre de 1912, pidiéndole a las autoridades civiles y mineras la prolongación del Ferrocarril desde la antigua Estación de Cuchichón hasta la margen derecha de Aznalcóllar.
Obras de finalización del viaducto metálico sobre el río Agrio, en las proximidades de Aznalcóllar, (A. Mateos).
Según cuentan los que tubieron la suerte de verlo todavía en pie, fue la obra de ingeniería más importante de la línea férrea; ya que todo el presupuesto empleado en la construcción del ramal AZNALCÓLLAR-CUCHICHÓN, prácticamente la mitad se invirtió en la construcción del "Puente de Hierro" (LIBERO RODRÍGUEZ, 1988). Este viaducto estaba situado en el punto kilométrico 2.113,80 del ramal, y se componía básicamente de cuatro tramos metálicos en forma de cajones de celosía, apoyado sobre tres pilas tronco-piramidales (también metálicas) que se cimentaban sobre muros de manpostería en el lecho del río Agrio.Los estribos donde se apoyaban los extremos del puente eran también de manpostería. Los dos tramos centrales eran los más largos, con 36 metros cada uno; y los menores medían 28.80 metros, de modo que la longitud total del puente era de 129.60 metros. La distancia entre los carriles de la vía y el nivel del río Agrio en su zona más profunda era de 26.20 metros; y la altura del cajón de celosía por encima del cual circulaban los trenes, medía 3.75 metros, sin contar las barandillas peatonales.
El viaducto sobre el río Agrio fue desguazado el 19 de Junio de 1963, sobre las cuatro y media de la tarde (Antonio Bretones Escobedo, vecino de Aznalcóllar y obrero que trabajó en el desguace del puente sobre el río Agrio), siendo ya titular de las Minas de Aznalcóllar la compañía Andaluza de Piritas. S.A.. La cuadrilla que lo desguazó estaba compuesta por seis trabajadores y un encargado. Según A. Bretones, el sistema utilizado para que la estructura metálica se precipitara sobre el río Agrio, consistió en apuntalar con madera dos patas de cada uno de los tres pilares metálicos donde se apoyaba el puente, cortar con soplete dichas patas y después prenderle fuego a las maderas. Obviamente, al quemarse las maderas, los pilares fueron perdiendo verticalidad y el puente fue volcándose como un coloso, hasta precipitarse bruscamente sobre el lecho del Río, Este vuelco fue posible gracias a que la estructura del puente se apoyaba sobre rodillos metálicos que compensaban los efectos de la dilatación. Después se cortaron las dos patas restantes de cada pilar y así se completo la fase más comprometida del desguace. Finalmente, se procedió a trocear el cajón y las tres pilas de apoyo, para poderlos cargar en camión y transportarlos a Sevilla.
PUENTE SOBRE EL ARROYO DE LOS FRAILES:
Este macilento viaducto, conocido también por los vecinos de Aznalcóllar como "Puente del Convento" o "Puente sin Baranda", fue construido pos la Compañía Gaditana de Minas sobre el arroyo de Los Frailes, que bordea la zona levante de las minas, en dirección Norte-Sur. Curiosamente, fue hecho en su totalidad con ladrillos de fábrica prensados, del tipo de los empleados en otras edificaciones de la línea; a pesar de la proximidad de Gerena, donde en aquella época se explotaban excelentes canteras de granito, y quizás el empleo de este tipo de roca hubiera resultado menos costoso para la compañía propietaria del ferrocarril. Sólo se utilizaron sillares de granito en las coronaciones laterales del muro.
El citado puente se compone de tres arcos idénticos de medio punto, espaciados uniformemente. Dichos arcos fueron reforzados a partir de 1952, fecha en que las Minas de Aznalcóllar por la Seville Sulphur a la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya (PINEDO VARA, 1963), y se introdujo para reforzar el parque tractor la locomotora 0-4-0 T, número 13, apellidada POZOBLANCO. Esta máquina, fabricada por "Fives-Lille" en 1903, procedía del ferrocarril Peñarroya-Puertollano, era mucho más pesada que las que tenía la Compañía Gaditana de Minas, y fue devuelta (Allen et al., 1987) a sus antiguos propietarios hacía el año 1956-57.
Cada arco de los que componían el puente (a excepción del central) se reforzó con cinco zunchos metálicos : uno en vertical y los otros cuatro oblicuos, simétricos con el del centro. Cada zuncho se compone a su vez de dos parejas de raíles enfrentados entre sí y dos varillas pasantes que oprimen el muro en sentido transversal, a modo de prensa. En los extremos de cada pareja de raíles van soldadas dos pletinas con sendos agujeros, a través de los cuales pasan las varillas, que se roscan por sus extremos mediante tuercas que presionan el muro interiormente.
Cuando la entidad sueca Boliden-Apirsa S.L., propietaria de las Minas de Aznalcóllar en los últimos años, proyectó la moderna explotación a cielo abierto de "Los Frailes", hubo la sospecha de que este viaducto desaparecería en breve, porque se encontraba muy próximo a las labores mineras. Pero afortunadamente para los amantes del patrimonio ferroviario de la Faja Pirítica del Suroeste Ibérico, las obras se proyectaron para desviar el arroyo de Los Frailes, a levante de la mina, no afectaron para nada este emblemático viaducto, que a pesar de los años transcurridos desde que se construyera, presenta todavía un magnifico estado de conservación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario