viernes, 25 de enero de 2013

Requiém por la mina XVIII (por Antonio Perejil Delay)


La Mina (A.P.D.)
XVIII

Al cadáver de La Mina no lo dejaron pudrirse lentamente al sol, igual que ocurrió con otras poblaciones mineras onubenses, de las cuales se conservan todavía sus desconchadas paredes y sus destartalados muros. Al cadáver de La Mina lo fueron envolviendo con un sudario de tierra mineral, procedente de las hendiduras que le abrían las máquinas al Cerro Colorado. Pero fue un acto frío y premeditado, que nadie se atrevió a evitar, por no ir contra el progreso.
Seguramente hoy, que la sociedad está algo más sensibilizada con el patrimonio minero y ferroviario que nos dejaron los ingleses, a esta bonita población de principios del siglo XVIII, la hubieran declarado Bien de Interés Cultural (BIC); y se hubiera conservado intacta, como si se tratara de una pieza inigualable de la minería de Huelva…Sin embargo, cuando a La Mina quisimos aplicarle la respiración asistida para que no se acabara de morir, ya sus centenarias casas habían sucumbido inevitablemente bajo toneladas y toneladas de escombros.

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