Texto: Javier Campos/ Fotos: Antonio Romero.
Corta Atalaya se inunda. (Foto: Antonio Romero) |
Inmensa y grandiosa, como un gigante que tras una longeva vida, ahora se muere en solitario ante los ojos de aquellos que la idolatraron, aquellos que la maldicieron por tragarse a sus seres queridos, aquellos que vieron en ella la eterna gallina de los huevos de oro que sembraba de riquezas sus vidas.
Ahora se muere sola, el gran símbolo de todos, el logotipo de lo que representa una forma de vida sepultada o encomendada en los interiores de una tierra que derramó lo mejor de sus entrañas para que fuera el pan de muchos, se muere sola. Ella ofrecía pan ganado a fuerza de pico y pala, a fuerza de pulmones quebrantados por el esfuerzo y las inmundas maneras de hacer saltar las tripas de la mina.
Pintadas en la locomotora 50 de la Corta Atalaya. Foto: A.Romero |
Se muere sola y nadie quiere ver que con ella se muere el significado de nuestros ancestros, que con ella se borrará también el esfuerzo de aquellos que con sus propias manos fueron perfilando esas impresionantes huellas que escapan a la realidad de lo inmenso.
Era y es tan grande que, como todo aquello fuerte y con genio, se resiste a amorir. Ella sabe que aun en sus peores momentos sigue siendo la que deja boquiabiertos a todos, la que más adjetivos de admiración recibe, la que siempre es plasmada por fotógrafos, pintores, poetas, escritores.
Su indomable temperamento la hace lucir bella incluso cuando ya el olvido y el paso del tiempo han hecho huellas que jamás podrán repararse. En su seno todo parece inhóspito, a la vez de ínfimo, nimio. Lo más grande que podamos imaginar se hace nada ante la presencia de un coloso que lo fue todo y ahora es hachazo del pasado.
Dejadez extrema: más pintadas de Corta Atalaya. Foto: A. Romero. |
El agua que cada día la inunda más, parece como si fuera el telón que cierra definitavemente lo que fue la actividad de este lugar que todos llevamos en nuestra mente. El telón la cubre cada vez más, aun así, su hermosura sigue siendo admirable, su imagen sigue evocando la grandeza de otros tiempos no tan lejanos.
El agua roja que tanto significa por estas tierras, es sin embargo quien está absorbiendo la majestusosidad de este ser que emerge ante nuestros ojos con colores que son la evidencia de que se resiste, pues parecen venas señaladas por los impresionantes esfuerzos para no morir.
Corta Atalaya, imagen que muestra la firma de los hombres de esta tierra, esos que profundizaron en cada metro en algo más que en la búsqueda de minerales, los que profundizaron y esculpieron a golpe de corazón la más grande de nuestras tarjetas de visita. Los hombres hicieron a Corta Atalaya, y algunos hombres son los que la han olvidado sin pensar que... no tenerla, no sentirla y verla en todo su esplendor es haber perdido nuestra propia seña de identidad.
NOTA: La foto primera que se muestra es de Antonio Romero. Esa imagen es la que me inspiró hacer este escrito. ¡Gracias Antonio!
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Desde el equipo de La Factoría queremos agradecer esta magnífica colaboración de estos dos amigos, Javier Campos y Antonio Romero, y nos sumamos a la denuncia constante desde este nuestro altavoz con la repulsa a la dejadez y el olvido de nuestro patrimonio minero industrial: basta ya!. No dejemos que se ahogue...
3 comentarios:
He creaqdo un hastag en twitter #SalvadCortaAtalaya. Estupendo el artículo. Enhorabuena Campos
Como ya he indicado en Facebook, os doy la enhorabuena por vuestro trabajo en general y a los autores por este artículo en particular.
Pidiendo disculpas de antemano por si no es de vuestro agrado, os indico un enlace de un post que escribí hace un par de años y desgraciadamente como indicáis aquí, sigue vigente:
http://cronocracia.blogspot.com/2009/04/es-corta-atalaya-un-bien-de-interes.html
Muchas gracias y enhorabuena.
Ya veis, queridos amigos, para qué sirven las ampulosas Leyes, Decretos, Ordenes y demás zarandajas de tipo oficial. En los palacios y aledaños de donde estas proclamas se generan, sólo se pretende sean vehículos que den a entender que “se gobierna para el pueblo….pero sin el pueblo” (y presento mis disculpas por traer a colación una afirmación que, creo, nos llegó desde la época del Despotismo Ilustrado.
De nada ha servido clamaseis, educadamente, e incluso invocando las premisas descritas en esa irrisoria normativa que precisa la designación del lugar como BIC.
Mucho menos se han tenido en cuenta los sudores y sangre vertida para extraer de esa gigantesca oquedad los 20.443.805 Tons de mineral que, según el Prof.Gil Varón (Minería y Migraciones. RT 1873-1973) fueron obtenidas desde el año 1909 a 1973, algo posterior a la apertura que comenzó, como bien sabemos, José Mª Teodoro Delgado Borrero, al dar la primera picada el 2.de Abril de 1907
Pero, en fin: ¿Qué importancia tiene la Historia para merecer el respeto de quienes, sabiamente, disponen de toda una batería de papel....mojado?
Como apunta nuestro compañero “Jepane” siempre podemos recurrir a la socorrida exclamación d?e: ¡QUE PENA¡ Y eso, aunque no lo parezca es
-perdonad la ironía- muy “reconfortante” ¿No os parece?
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