Por el valle del río Tinto
escucho la voz ausente
de Paco Alcázar Marin,
y el murmullo de esos trenes
que iban silvando canciones
por debajo de los puentes,
con sus vagones sonámbulos
y sus candiles de aceite.
Por el valle del río Tinto
los raíles se enmudecen,
las estaciones dormidas
se desploman lentamente
y el agua llora que llora
por fatigadas pendientes,
preguntándome en voz baja
por este ejemplar nervense,...
Y como yo sé que el agua
conocia sobradamene
a Paco Alcázar Marín,
porque lo vío tantas veces
ir desde la mina a Huelva
y volver diariamente,
voy a decirle por fin
la verdad,...aunque me duele
decirle al agua que ha muerto
Paco, su amigo de siempre.
Antonio Perejil Delay
Gerena, 31 de marzo de 1996
escucho la voz ausente
de Paco Alcázar Marin,
y el murmullo de esos trenes
que iban silvando canciones
por debajo de los puentes,
con sus vagones sonámbulos
y sus candiles de aceite.
Por el valle del río Tinto
los raíles se enmudecen,
las estaciones dormidas
se desploman lentamente
y el agua llora que llora
por fatigadas pendientes,
preguntándome en voz baja
por este ejemplar nervense,...
Y como yo sé que el agua
conocia sobradamene
a Paco Alcázar Marín,
porque lo vío tantas veces
ir desde la mina a Huelva
y volver diariamente,
voy a decirle por fin
la verdad,...aunque me duele
decirle al agua que ha muerto
Paco, su amigo de siempre.
Antonio Perejil Delay
Gerena, 31 de marzo de 1996
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