miércoles, 25 de junio de 2014

Ferrocarriles y Minas: Los Sectores de Inversión de los Capitales Extranjeros V. (Por J.M. Pérez López)

Ferrocarriles y Minas

En 1900 se constituyó la compañía “SOCIEDAD ANÓNIMA MINAS DE CALA” en Bilbao bajo las leyes españolas, para explotar minas de su propiedad en la provincia de Huelva, adquirir y explotar nuevas minas y construir ferrocarriles y otros medios de transporte.

Su grupo era propietario de 8 minas en Cala de mineral magnético de hierro y pirita cuprifera, en una extensión de 346 hectáreas.

Francisco Martínez Rodas, Conde de Rodas, presidente de la Sociedad Anónima de Minas de Cala. Foto tomada de Spanish Railway.

En su escritura de constitución se incluía un convenio entre una sociedad británica, The Cala Mines Syndicate Ltd, con domicilio social en Manchester, Inglaterra, y Francisco Martínez Rodas.

Los términos del convenio eran que la nueva sociedad española adquiriría parte de los yacimientos de la mina británica de Cala y entregaría a cambio una cuarta parte de las acciones (7.200) de la sociedad recién creada a la compañía británica.

El capital social era de 15 millones de pesetas, dividido en 30.000 acciones de 500 pesetas cada una. Francisco M Rodas era el presidente del consejo de administración y Genaro Blas de Alzaga su vicepresidente. John B Davies, E W P Clapham y Jacob Higson eran otros miembros del Consejo y accionistas. D. Emilio Vallejo era su secretario.

La compañía construyó un ferrocarril de 97 kilómetros desde las minas hasta San Juan de Aznalfarache, llegando a un muelle en el río Guadalquivir.

En 1921 su domicilio social estaba en la calle Estación 5 de Bilbao y la mayoría de los consejeros eran españoles. A finales de la década de 1960 seguía en funcionamiento.

Otra compañía que participo en la construcción del ferrocarril Cala a San Juan de Aznalfarache, fue la SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MINAS DEL CASTILLO DE LAS GUARDAS, constituida en Bilbao en 1901, para promover proyectos mineros y estudios de yacimientos en España, así como para gestionar concesiones, contratos de arrendamiento y adquisición de minas o de empresas minera. Tenía una propiedad de 153 hectáreas y un ferrocarril privado de 15,5 Km. desde el Castillo de las Guardas a la Estación del Ronquillo, donde enlazaba con el ferrocarril de Cala.

Minas del Castillo de las Guardas o mina Admirable, ya en estado de abandono. Foto Colección Particular.

El Consejo de Administración estaba compuesto por D. Juan Alonso Allende, como Presidente, Victoriano Gladis, como vicepresidente, y D. Francisco de Záraga como Secretario. El Director General en las minas era D. Antonio González Nicolás.

Su capital inicial era de 7.500.000 de pesetas, dividido en 15.000 acciones de 500 pesetas cada una, aportado íntegramente por la sociedad Española de Minas, aumentado en 1909 a 10 millones, de los que sólo se desembolsó un 75%.

En 1912 la compañía francesa Saint-Gobain, adquirió la mayoría de las acciones y el consejo cambio de estructura. Los consejeros fueron Edmond B Delage, como Presidente; José A. Jáuregui, vicepresidente; Arsène Brachote, Marcel Cavignac, Henri Mayoussier, Henri Jean Lesage, León Luzeret, Henry Th Cury, Fernando Merino, Alejandro Gandarias, Juan de Santiesteban y Agustín Iza.

En 1920, de su capital de 10 millones de pesetas, estaban desembolsados 9 millones.

En 1899 se constituyó la compañía “THE PEÑA COPPER MINES LTD”, de nacionalidad británica, para adquirir y explotar las minas de Peña del Hierro, situadas en Nerva en la provincia de Huelva. Estableciéndose en Londres. Su capital nominal era 400.000 libras esterlinas, incrementadas en Enero de 1905 a 600.000 libras.

Acción de Peña Copper. Colección Particular

Su consejo de Administración estaba formado por Nicol Brown, como Presidente; Albert Straube, vicepresidente; T. Stephenson Dick, secretario; y D, Enrique Schreck, Director en las minas.

Sus propiedades se extendían a lo largo de 183 hectáreas, a 3 kilómetros del noreste de Riotinto, y tenía derechos sobre 17 minas antiguas, transmitidos por la compañía belga que explotaba anteriormente las minas de Peña, la Société Anonyme Peninsular, escriturada en Bruselas y con sede social en Avenue Parlmenston nº9.

De esta compañía también recibió, la subrogación de la concesión de un ramal de la Río Tinto Co, para transportar su producción en el ferrocarril propiedad de esta última compañía hata el muelle de Huelva. Este contrato acabó ocasionándole problemas, por lo que tuvo que ser cancelado hacia 1910, y en 1913 empezó a construir su propia línea de ferrocarril, que se uniría al ferrocarril de Cala en El empalme, cerca de El Ronquillo.

En 1911 la compañía aumentó su capital a 750.000 libras esterlinas, de las que 540.000 estaban desembolsadas. Las acciones eran de 1 libra.

Hacia 1920 su director era Henry Schreck, su domicilio social estaba en Salisbury House 297, Londres, y tenía una oficina en España, en Nerva. A mediados de la década de 1950 seguía funcionando en España como empresa británica, con el mismo objeto y domicilio. Su capital se había reducido a 250.000 libras, de las que tenía desembolsadas 179.200. Su director era Erik Mackay.

Otras compañías también de capital extranjero, no tuvieron que invertir en la construcción del transporte ferroviario, ya que aprovecharon alguna línea ya construida que pasara cerca de sus explotaciones mineras.

Este es el caso de la compañía "SOCIÉTÉ FRANCAISE DES PYRITES DE HUELVA”, que aprovechó que sus intereses mineros estaban cercanos a la estación de Valdelamusa, perteneciente al ferrocarril Zafra-Huelva.

Esta sociedad anónima fue constituida en París en 1899 para la adquisición y explotación de minas de piritas de cobre y de hierro en la provincia de Huelva, y para hacerse cargo de la concesión de una compañía francesa establecida en la zona con anterioridad conocida como Compagnie Francaise des Mines de cuivre D’Aguas Teñidas. El domicilio social de la nueva sociedad estaba en rue de Chateaudun 28, París, y sus oficinas en España estaban en Huelva.

Albert Taraud, fundador de la S.F.P.H. Foto Colección Particular

Su capital inicial se fijó en 3.500.000 francos, que se aumentaron a 6 millones en 1913. Parece que hacia 1912 su producción alcanzaba las 300.000 toneladas por año.

Los nombres de las principales zonas mineras donde la compañía desarrolló su explotación fueron Valdelamusa, Perrunal, Lomero y Poyatos. Y la minas de Confesionarios y El Carpio.

Hacia los años 1920 el consejo de administración estaba integrado, entre otros, por Jules Rostand, Albert Heraut, Alfred Deschars, Robert Galoppe, Walter Hay y Víctor Prevost.

En 1967 seguía funcionando como empresa francesa, con el mismo objeto y el mismo capital. El consejo estaba formado por René Gaillard, presidente; Juan Antonio de Aznar, Pierre Desbret, Alejandro Fernández Araoz, Michel Herscher y Edmond Deschards. Su domicilio estaba en París en rue Lord Byron 2 y en España en la calle Vázquez López 12, Huelva.

Posteriormente debido a la deuda adquirida a favor de la Hacienda Española la sociedad francesa fue expropiada, haciéndose cargo de la liquidación empresarial, los trabajadores constituyéndose en Cooperativa.

Otra compañía extranjera que construye un pequeño ramal hacia el noreste para conectar con el ferrocarril del Buitrón es “ ESPERANZA COPPER & SULPHUR CO LTD”, para transportar los minerales de las minas de Esperanza y Angostura. Sociedad anónima británica, constituida en Londres en 1906, con un capital social de 350.000 libras, dividido en acciones de una libra cada una.

Esta compañía fue sucesora de las sociedades Spanish Minerals Development, Ltd. y Española Copper Sindícate, Ltd.

El grupo La Esperanza ocupaba una superficie de 476 acres, donde se incluyen además de las minas Esperanza y Angostura, las minas Nueva, Mosquitos, Forzosa, Santo Tomás y Palmeira.

Hacia 1920 sus directivos eran M Ritchie, T D Lawter y A McNab.

Sobre 1931 la Esperanza Copper cedió las concesiones, para dedicarse a otras minas de piritas en Chipre, a la sociedad británica “Sevilla Sulphur & Copper Co. Ltd.”, compañía constituida 1877, con un capital social de 120.000 libras, dividido en acciones de 10 libras cada una, para la explotación de minas de cobre, hierro y plata en Sierra Morena, en la provincia de Sevilla, con una oficina en Aználcollar.

En la década de 1960, el grupo de las minas de Esperanza, pasó a la Sociedad Andaluza de Piritas, S.A.

Acción de San Miguel Copper, Mina San Miguel. Foto Colección Particular

La compañía “THE SAN MIGUEL COPPER MINES, LTD”, construyó su propio ramal de 19 Km. , con un costo de 40.000 libras, que desde la mina enlazaba en El Cerro con el Ferrocarril Zafra-Huelva.

Esta sociedad británica se constituyó en Octubre de 1904, con un capital de 150.000 libras, dividido en acciones de una libra cada una. El Consejo de Administración estaba compuesto por H. Schmidtz, como Presidente; G. Emdin como Secretario; Adolph E. Eberbach, director manager; F. O. Harvey , como ingeniero consultor.

El grupo minero de San Miguel donde se incluyen otras minas de piritas cobrizas, abarca una extensión de 1900 acres, ya desde 1851, fue explotado con éxito por la compañía “Sola Hermanos”, pasando en 1888 a una empresa portuguesa, la “Sociedad de Minerales San Miguel”, hasta 1904 en que se hace cargo de las minas la compañía británica, explotándola hasta 1919 cuando las vende a Mr. Eric Mackay Heriot. En los años 60 pasan a ser controladas por la entidad Productos Químicos de Huelva, S.A., filial de la compañía de Riotinto.

Podríamos seguir enumerando un sin fin de empresas extranjeras que realizaron su actividad económica en la provincia de Huelva, fundamentalmente en el sector minero; pero debido al escaso capital invertido y la poca relevancia que tuvieron sus explotaciones no vamos a destacarlas.

No obstante sería interesante en próximos trabajos cuantificar el capital foráneo que llegó a nuestra provincia. Según Juan Sarda (Tortella, pág 16), el capital invertido en España en el siglo XIX (1850-1914) fue aproximadamente unos 3.500 millones de pesetas; estimaciones que están próximas a las realizadas por otros historiadores.

Según Tortella, el número de empresas extranjeras que desarrollaron actividades en España entre 1882 y 1914 fueron 331, la mayoría francesas, británicas, alemanas y belgas. Invirtiendo en primer lugar en la deuda pública, después en ferrocarriles y minas, y en tercer lugar en la banca, la electricidad, el agua, el gas, obras públicas, industrias químicas, etc. Hay que advertir que este número se queda bastante corto ya que las fuentes solamente tratan las empresas de las que se poseen fuentes archivísticas.

Para finalizar podemos concluir que España encontró en los capitales extranjeros la solución para salir del estancamiento económico y la escasez de capital en que se encontraba.

En el siglo XIX la inversión extranjera va a ser indispensable para el desarrollo económico de nuestro país, sobre todo en los sectores de ferrocarriles y minas.

Para ello los gobiernos más progresistas empiezan a legislar más favorablemente para captar estos capitales extranjeros; la ley de Ferrocarriles de 1855, suaviza las restricciones de la ley de sociedades de 1848, para las empresas ferroviarias. Y al año siguiente se revisan las leyes de Bancos de Emisión y sociedades de Crédito, que abren el proceso que culminará con la ley de minas de 1868 y la ley de Sociedades de 1869 para captar definitivamente los capitales extranjeros que llegaran a España, a través de las concesiones de las compañías de ferrocarriles y las sociedades financieras.

Paulatinamente todas las minas empezaron a nacionalizarse o mejor a “españolizarse”, es decir los capitales extranjeros cuando la rentabilidad del negocio minero en la provincia de Huelva dejó de ser optima, empezaron a desaparecer, o a pasar a manos de propietarios españoles.

Este proceso va a culminar en 1954, con la “nacionalización” de las minas de Rio Tinto, que era el coloso de la minería española.

En la actualidad con motivo de la crisis de la minería, provocada por el continuo descenso de los precios del cobre, estamos asistiendo a la desactivación y abandono de todas las explotaciones de la Faja Pirítica de SW Ibérico.



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TORTELLA, T. (2000). “Una guía de fuentes sobre inversiones extranjeras en España (1780-1914). Imprenta del Banco de España.



1 comentario:

Unknown dijo...

Enhorabuena por vuestro trabajo en este blog. Mi abuelo fue trabajador de la mina de la Peña de Hierro desde 1954 hasta 1964, procedentes de Badajoz llegaron para hacer el dique de Campofrío y allí se asentaron hasta que emigraron a Barcelona. Todavía tenemos sus nóminas de Riotinto company...Visitamos cada año la zona y siempre damos un paseo nostálgico, que vosotros nos acercáis cada vez que visitamos vuestro blog.
Gracias