sábado, 4 de febrero de 2012

1888, 'Año de los Tiros'. Un movimiento social de trasfondo ecologista I (por José Manuel Torres Ayala)


1.- Situación previa al Año de los Tiros. La llegada de la RTCL, el sistema de teleras y el precedente de Calañas.


Trabajos en Corta Atalaya 
Desde 1850, con los primeros indicios de riquezas, llegan a la Cuenca Minera de Riotinto compañías extranjeras dispuestas a explotar las riquezas locales. Dentro de esta primera oleada cabe destacar la presencia de The Tharsis Sulphur, que a la postre tendrá cierta relevancia para dirimir el devenir de esta zona minera. No es hasta 1873 cuando la Rio Tinto Company Limited llega con paso firme a la cuenca. No era una compañía más de cuantas se instalaron en la zona, la RTCL no era una empresa concesionaria del terreno que explotaba, sino que se hizo en propiedad con el suelo y subsuelo de la cuenca minera. Esta situación convino en su momento a la maltrecha economía española, ya que el dinero inglés se pagó por adelantado mediante pagarés, un auténtico bálsamo. Este hecho revistió después de forma muy negativa en las relaciones entre el pueblo, la RTCL y el Gobierno, ya que los ingleses se apoyaban en su condición de propietarios para pacer sin tapujos en estas tierras. 

Fábrica de Ácido Sulfúrico 
La Cuenca Minera de Riotinto fue a finales del XIX la mina de cobre más importante del mundo y hasta la Guerra Mundial la de pirita con más azufre, un 50% de su composición. Desde antaño, la mayoría de las compañías mineras que se asentaron en la cuenca minera utilizaron para la obtención del cobre a través de pirita el sistema de calcinaciones al aire libre o teleras. Éstas eran el sistema más barato de los permitidos en la zona y aunque vetado en muchos lugares de España, en Ritinto no sólo era lícito, sino que el Gobierno lo utilizó en el tiempo que explotó las minas.  Este sistema consiste en la calcinación del mineral extraído de la mina en pedazos formando pirámides (teleras) que se asientan  en el suelo sobre una base de monte bajo. En el centro dejan una o dos chimeneas llenas de ramaje para que transmitan fuego al resto de la telera. De este modo se quema el azufre, que se convierte en ácido sulfuroso y ácido sulfúrico, además de otros productos químicos altamente tóxicos como arsénico, zinc o antimonio. De la combustión también se obtienen núcleos, es decir, sulfuros muy ricos en cobre. A los cuatro o cinco meses se deshace la telera y el mineral se hecha en unos pilones  de mampostería o madera llenos de agua pura y esta mezcla pasa después a un estanque más bajo llamado reposador. De aquí desciende a otro depósito en el que se han colocado lingotes de hierro, que precipita al cobre, que queda cementado en forma de bolas de cinco a seis centímetros de diámetro y se calcinan en un horno prismático, para posteriormente fundirse en fraguas comunes de donde se extrae el cobre negro que después se afina, y escorias, que se pueden refundir para formar cobre negro. 
Teleras
El sistema en pequeñas cantidades no es apenas perceptible, pero en demasía provoca molestias digestivas, respiratorias, conjuntivitis, y otras muchas dolencias que en esta época era difícil demostrar que fueran a causa de las calcinaciones. 
Este sistema se utilizaba en Huelva mucho antes de que la RTCL llegara a Riotinto. Como ya hemos comentado fue utilizado en la cuenca minera por el Estado, en sus dos épocas de explotación, entre 1783 y 1829 y entre 1849 y 1872; y también en la explotación del Marqués de Remisa en el impás de veinte años que dista entre ambas. La salvedad es que en estos momentos la cantidad calcinada era apenas reseñable. La producción de cobre aumentó desde que la RTCL se hizo cargo de las minas de las 20 toneladas anuales hasta casi las 200. El azufre en la atmósfera subió de de 425 TM hasta superar las 3.000, el SO2 pasó de 850 a más de 6.000 y el SO4H2 pasó de superar las 1.000 TM a alzarse por encima de las 9.000 TM.

Este sistema también era utilizado en Calañas, en la que se formaron protestas populares y manifestaciones contra los humos. La expresión de la opinión pública en Calañas fue, a menor escala, un claro antecedente de lo ocurrido en la cuenca minera. Una comisión visitó la zona tras las protestas y decidió que los humos de las calcinaciones  no empobrecían la calidad natural del terreno ni provocaban afecciones respiratorias, aunque sí reconocían la pobreza de la tierra, que la creían natural. Posteriormente, en 1886 se originó una nueva protesta en Calañas, en la que los vecinos le plantearon al Ayuntamiento la pertinencia del sistema de concesiones, ya que creían que perjudicaba al municipio. Los vecinos se pronunciaron en virtud del Artículo 72 de la Ley Municipal que decía que el Ayuntamiento era soberano para decidir en materia de salubridad. El Gobernado dio la razón a la compañía The Tharsis Sulphur, pero posteriormente, el Gobierno le otorgó la razón al Ayuntamiento. Ante la victoria en Calañas de los intereses agropecuarios sobre los mineros, los caciques de pueblos cercanos como Alosno o Almonaster imitaron el proceder. Un par de años después en Riotinto la situación sería similar.

No hay comentarios: