SAN PLATÓN
Las casas de SAN PLATÓN se encuentran situadas sobre dos alineaciones de cerros de bastante altura; en medio de las cuáles se halla la antigua Corta de la explotación a cielo abierto y un poco más abajo lo que fue el pozo maestro y los ruinosos edificios que había a su alrededor.
El acceso al poblado se hacía antiguamente a través de un carril sin asfaltar, que enlazaba con la carretera de Mina Concepción. este carril se halla hoy casi intransitable , a consecuencia de la erosión de las aguas sobre las fuertes pendientes del terreno. En la actualidad, es mas fácil acceder a este caserío minero siguiendo el carril que conduce hasta el socavón general de la Mina Concepción. Y desde este lugar, a través de la vieja explanada del Ferrocarril del Buitrón, que pasaba a escasos metros de la explotación minera.
Hay dos clases bien diferenciadas de viviendas. Al norte del criadero, en la parte más alta de un abrupto cerro, se halla situado el grupo de casas para obreros más numeroso. Se compone de 34 unidades, distribuidas en dos subgrupos de 17, opuestas entre si. Un poco más a la izquierda y al mismo nivel que las casas mencionadas , se halla un edificio amplio, resuelto con grandes puertas y ventanas coronadas con arcos de medio punto, que fue utilizado como escuelas. Un poco más a la izquierda y a un nivel algo más bajo, se hallan tres manzanas de viviendas paralelas entre si. Una de ellas se componía de 20 casas (diez y diez) simétricamente opuestas. Otra manzana se componía de 13 casas individuales, con tejados a una sola agua y algo más amplia que las anteriores. Una última manzana está compuesta de 22 viviendas (once y once), con tejados a dos aguas.
Los materiales empleados suelen ser las consabidas tapias y los muros de pizarra, que son muy abundantes en la zona. El elemento de unión más corriente era el barro. Las dimensiones de estas casas son bastantes reducidas y únicamente estaban dotadas de un pequeño poyo para cocinar y rusticas chimeneas compartidas. Los únicos elementos de ventilación son una pequeña ventana y una puerta, al estilo de las viviendas de "Esperanza". Llaman la atención las puertas de estas casas, pues todas se componían de una sola hoja, con postigos idénticos, dotados de sus correspondientes cerraduras.
Los muros se conservan casi todos en buenas condiciones, a falta de las techumbres, a excepción de las coronaciones a base de tapias, que han sido muy deterioradas con el paso del tiempo. Por las características expuestas se deduce que todas las viviendas de la parte Norte fueron construidas para albergar a los obreros "rasos".
Al Sur de la mina existen unas treinta casas, que seguramente sirvieran de alojamiento para los empleados de mayor rango o categoría profesional, pues los materiales empleados son de mejores calidades y además son mucho más confortables y amplias. Algunas de ellas disponían de frondosos jardines a la entrada. Incluso algunas palmeras solitarias, se conservan todavía en pie. Por lo demás, todas las casas están rodeadas o cubiertas de árboles viejos, zarzas, matorrales y toda clase de malezas. De estas casas concebidas para los empleados de la compañía francesa que explotó este criadero, merece la pena destacar un grupo de cuatro, situadas en la zona más elevadas por sus amplias dimensiones y sus diferencias arquitectónicas con las demás. una de ellas se componía de dos plantas, con preciosas marquesinas inferiores de hierro que ya están semipodridas.
Es casi seguro que todas las viviendas de este caserío minero serían construidas por la COMPAÑÍA DE MINAS DE COBRE DE SAN PLATÓN, con domicilio en Francia, ya que ha sido la única empresa que explotó la mina de San Platón, con resultados alagüeños, entre 1906 y 1934, hasta que se dejo inundar la mina en 1941. El hecho de que algunas casas se conserven todavía en regular estado, se debe a que, después de la parada de la explotación. muchos obreros siguieron trabajando en la vecina Mina Concepción y siguieron habitando sus antiguas casas hasta finales de los años 60. En los años más prósperos de SAN PLATÓN, vivían en el poblado unas 350 personas, que luego fueron yendo a menos con el paso de los años.
En sus instalaciones industriales, merece la pena destacar las grandes puertas y ventanas vidriadas y sus arcos de medio punto, resueltos con hermosas molduras de madera.
El acceso al poblado se hacía antiguamente a través de un carril sin asfaltar, que enlazaba con la carretera de Mina Concepción. este carril se halla hoy casi intransitable , a consecuencia de la erosión de las aguas sobre las fuertes pendientes del terreno. En la actualidad, es mas fácil acceder a este caserío minero siguiendo el carril que conduce hasta el socavón general de la Mina Concepción. Y desde este lugar, a través de la vieja explanada del Ferrocarril del Buitrón, que pasaba a escasos metros de la explotación minera.
Hay dos clases bien diferenciadas de viviendas. Al norte del criadero, en la parte más alta de un abrupto cerro, se halla situado el grupo de casas para obreros más numeroso. Se compone de 34 unidades, distribuidas en dos subgrupos de 17, opuestas entre si. Un poco más a la izquierda y al mismo nivel que las casas mencionadas , se halla un edificio amplio, resuelto con grandes puertas y ventanas coronadas con arcos de medio punto, que fue utilizado como escuelas. Un poco más a la izquierda y a un nivel algo más bajo, se hallan tres manzanas de viviendas paralelas entre si. Una de ellas se componía de 20 casas (diez y diez) simétricamente opuestas. Otra manzana se componía de 13 casas individuales, con tejados a una sola agua y algo más amplia que las anteriores. Una última manzana está compuesta de 22 viviendas (once y once), con tejados a dos aguas.
Vista del poblado de San Platón desde el Socavón General de la Mina Concepción.
Los materiales empleados suelen ser las consabidas tapias y los muros de pizarra, que son muy abundantes en la zona. El elemento de unión más corriente era el barro. Las dimensiones de estas casas son bastantes reducidas y únicamente estaban dotadas de un pequeño poyo para cocinar y rusticas chimeneas compartidas. Los únicos elementos de ventilación son una pequeña ventana y una puerta, al estilo de las viviendas de "Esperanza". Llaman la atención las puertas de estas casas, pues todas se componían de una sola hoja, con postigos idénticos, dotados de sus correspondientes cerraduras.
Los muros se conservan casi todos en buenas condiciones, a falta de las techumbres, a excepción de las coronaciones a base de tapias, que han sido muy deterioradas con el paso del tiempo. Por las características expuestas se deduce que todas las viviendas de la parte Norte fueron construidas para albergar a los obreros "rasos".
Al Sur de la mina existen unas treinta casas, que seguramente sirvieran de alojamiento para los empleados de mayor rango o categoría profesional, pues los materiales empleados son de mejores calidades y además son mucho más confortables y amplias. Algunas de ellas disponían de frondosos jardines a la entrada. Incluso algunas palmeras solitarias, se conservan todavía en pie. Por lo demás, todas las casas están rodeadas o cubiertas de árboles viejos, zarzas, matorrales y toda clase de malezas. De estas casas concebidas para los empleados de la compañía francesa que explotó este criadero, merece la pena destacar un grupo de cuatro, situadas en la zona más elevadas por sus amplias dimensiones y sus diferencias arquitectónicas con las demás. una de ellas se componía de dos plantas, con preciosas marquesinas inferiores de hierro que ya están semipodridas.
Panorámica del poblado y dique de la Mina San Platón.
Es casi seguro que todas las viviendas de este caserío minero serían construidas por la COMPAÑÍA DE MINAS DE COBRE DE SAN PLATÓN, con domicilio en Francia, ya que ha sido la única empresa que explotó la mina de San Platón, con resultados alagüeños, entre 1906 y 1934, hasta que se dejo inundar la mina en 1941. El hecho de que algunas casas se conserven todavía en regular estado, se debe a que, después de la parada de la explotación. muchos obreros siguieron trabajando en la vecina Mina Concepción y siguieron habitando sus antiguas casas hasta finales de los años 60. En los años más prósperos de SAN PLATÓN, vivían en el poblado unas 350 personas, que luego fueron yendo a menos con el paso de los años.
En sus instalaciones industriales, merece la pena destacar las grandes puertas y ventanas vidriadas y sus arcos de medio punto, resueltos con hermosas molduras de madera.
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