martes, 31 de mayo de 2011

El Malacate Planes (por Martín Gálvez y Perejil Delay)

'Malacate Planes, con Nerva al fondo', por Martín Gálvez.

Mira su reloj de bolsillo por última vez e introduce lo que queda de la enorme tostada de manteca en la taza. Toda la casa se ha inundado con olor a café,… Un beso a su dulce mujer, Ana y camino al tajo, Dentro de poco se levantaria su nieto para ir a la SAFA de Riotinto por el Puente Carretera,… Si entonces las calles no estarán puestas, para cuando José va a la mina sólo están abiertos los bares. A la mitad del camino, le esperan los compañeros para tomar el aguardiente de la madrugada, y de la forma tradicional: un trago de aguardiente y un trago de agua del pichilín o botijo,... Y una gota cae suelta por la comisura de los labios hasta llegar a la garganta dónde la deshace de un manotazo.

"¿Vamos pa' allá!"... Las sombras alargadas que producen los tubos fluorescentes se escurren hasta la puerta entre comentarios y risas. La noche está cerrada: apenas puede intuirse la plaza de toros y la fuente del Pilar. En el Punto les espera los compañeros que han bajado por la popular Cañadilla.

Es hora del relevo. Las botas, el mono, el casco moderno que no tenía nada que ver con los que se usaban treinta años antes, … Abren la “jaula". Primero salen los compañeros, cansados de todo el batallar de la noche. José mira el Malacate y murmura entre dientes como lo hacía cada día desde hacia ya treinta y siete años, a modo de rezo y también de amenaza: "¡No te vayas a estropear ahora!". Sus compañeros lo miran como siempre y, como siempre, hasta que no se ha dicho las palabras “mágicas” ninguno se le adelanta… Nunca durante los años que llevaba trabajando había ocurrido ningún problemas, pero… por si acaso.

Se deslizan hacia el centro de la Tierra, sólo por un segundo permanecen callados para volver con la conversación habitual, "¿qué tu yerno no tiene ganas de marcha?", ..."¿para cuándo vas a ser abuelo?"... "Ayer en el Mercantil ¿qué te pasó? ¡qué paliza os pegamos al dominó!.".. Conversaciones efímeras quizás que consiguen hacer que el descenso se haga más corto.

Ocho horas más tarde, el Malacate vuelve a trabajar para escupirlos a la superficie. El mineral ya va incrustado en los poros de la piel de los mineros, tanto que ni la ducha podrá con todo. Ya queda el mismo camino, pero de vuelta, hacia atrás… Y, antes de llegar a casa para comer, un último trago de aguardiente y quedar con los amigotes para la revancha en una nueva partida en el Mercantil,...

Al fondo, el Malacate baja el turno de la tarde sin apenas inmutarse.

Martín Gálvez

'Malacate Planes', por Antonio Perejil Delay (pincha en la foto para leer el poema)
(Retoque fotográfico: Martín Gálvez)

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