martes, 22 de febrero de 2011

A mi maquinista de las estrellas

Desde siempre, hay noches en las que la nostalgia minera me invade, esa que a veces dejo impresa aquí en La Factoría,...Y logro disfrutar con el rojo violáceo del río Tinto ya desde su nacimiento en el cerro San Cristóbal... Y entonces, escucho a lo lejos el silbido de tu locomotora cargada de mineral que se acerca a Zarandas; y allí, tú, un ferroviario de pró me saludas con una leve sonrisa. Entre el humo, consigo ver como tilitan tus ojillos redondos, tu pelo parece tiznado de grises, y en tus bolsillos, se esconden dulces que alumbran las caras de sus nietas al verte llegar.

El maquinista y sus nietas, 1994. Foto: Colección Familia Alcázar

A veces, presiento que caminas a mi lado, atento de que no me caiga como cuando me enseñabas a montar en bicicleta por las calles del Valle La Cuenta,… Y dábamos paseos interminables hacia El Ventoso o al Canario,..Y tú, ¿te acuerdas? amarrabas una cuerda a la parte da atrás de mi bici azul para que no me alejara demasiado,...

"Una, dola, tela, catola, quila, quinete, estaba la reina en su gabinete. Vino gil apago el candin, candin ,candilón, cuenta las veinte que las veinte son, policia ladron, naranja limón,..." Canciones que recitábamos contigo, y juntos reíamos con la de "mañana es domingo, se casa respingo, con una gitana, ...", o incluso bailábamos con la de la lagartija costurera,... Y me contabas tus historias interminables y casi increibles en los caminos de hierro: la anécdota del ovni, las peripecias más accidentadas, la vida de antiguas estaciones,... Y yo, apenas una niña, escuchaba sin perder detalle, miraba observante todos tus movimientos, de tu manera de hablar, de tu caligrafía elegante y romántica, en las horas y horas en la maqueta, de tu museo ferroviario particular,.....


Una de las pasiones del maquinista, sus nietas Mari Carmen y Soraya (1994) . Foto: Colección familiar.

Y esos ojillos redondos destelleaban orgullosos entre mis pinceles titubeantes de entonces que quisieron reflejar tus explicaciones en el cuadro ferroviario y minero que pinté en tu patio, -en donde tantas y tantas veces preparastes las aceitunas con el mejor aliño del mundo o las habas enzapatás que tanto nos gustaba-, ese cuadro te regalé sin saber que poco tiempo disfrutarías ya de él,..

El maquinista Paco Alcázar y su nieta, ésta que escribe, junto al flamante AVE en la Expo 92. Foto: Colección Familia Alcázar


Pero, nuestras siluetas se pierden por la senda que marcan las vías ya 'rujentas',... "¿Quién anda en el baúl?", - me preguntas. En el baúl de mis recuerdos, maquinista ahora de las estrellas: allí te guardo yo, entre paños de croché y maquetas de trenecillos,..

Y quisiera ver la vida como tú la viste, abuelo, enganchado a tu locomotora de estrellas descubriendo los paisajes más bellos viajando a tu lado toda la eternidad.



El maquinista supo transmitir muy bien a los suyos su pasión por el ferrocarril . La familia Alcázar-Domínguez en una convivencia de la Asoc. Amigos del Ferrocarril (Jerez de los Caballeros, 1994). Foto: Colección Familia Alcázar


Hoy, 22 de febrero, cumplirías 81 años, mi viejo maquinista de las estrellas. Quizás tu pelo estaría hoy aún más tiznado de plata y tu piel ya no estaría tan tersa ni brillante, pero estarías aquí, a mi lado, alentandome a seguir hacia delante sin mirar atrás, animándome cuando el estrés de la vida me invade, cuando de noche a veces lloro en silencio...Sin embargo, hoy 22 de febrero tu ausencia se nos hace más honda si cabe, porque hace quince años que emprendiste tu viaje celestial para no regresar, y del que nos queda de por vida la sensación de que tu partida fue demasiado pronto, siempre antes de tiempo,...

8 comentarios:

jepane dijo...

Sin palabras...¿que mas añadir?...NADA.
Seguro que "el viejo maquinista" se siente orgulloso allá en el "andén celestial...
Un abrazo a la familia.

Paco Labrador dijo...

Precioso y a su vez melancolico, creo que es el mejor regalo que puedes hacer en estas fechas a tu adorable abuelo, doy por hecho, el orgullo que puede sentir desde donde esté ese lobo de mar de las locomotoras.

Besos

Anónimo dijo...

Un artículo muy emotivo y enorgullecedor para tu familia. Gracias al esfuerzo de tu abuelo en las minas y en el tren, al de tus padres que te han educado y han luchado para que tú seas como eres: una gran persona, culta y capaz de hacer virguerías con las palabras.
Enhorabuena!!

Juan Leante dijo...

Creo que tu abuelo, esté donde esté, sigue viviendo en tí. Te has hecho merecedora de tan ilustre herencia.
Mis felicitaciones para toda la familia Alcazar.
Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Te felicito por la capacidad que has demostrado de plasmar sentimientos tan hermosos de una manera tan bella. Tus padres, resto de la familia y amigos/as estarán orgullosos de ti, pero nunca tanto como tu querido abuelo.
En horabuena.
Juan carlso Domínguez Cerrato

Mayorre dijo...

Cuando uno “distrae” un poquitín de tiempo de los deberes habituales deteniéndose a leer las remembranzas que sobre el ferrocarril minero de la antigua “The Rio Tinto, Co Ltd” nos promueven experimentados conocedores de él, como pueden ser Nicolás Chaparro González, Francisco Alcázar Marín, (fallecido) y otros estudiosos que con sus vivencias han logrado sumergirnos, con narrativa sencillez, en el interés por el camino de hierro recorrido por aquellas empenachadas y decimonónicas máquinas de vapor que, tanta riqueza arrastraban en sus destartalados vagones, es difícil ocultar sobrevenga un poso de nostalgia, cuando la memoria aún conserva, cual película, ya sea en blanco y negro, lo que aquel tendido férreo significó para los que contamos con cierta edad, en particular y, en general representó, para la zona minera y su capital.

El paso del tiempo, con su imparable transcurso, hoy deviene en historia lo que durante un siglo fue realidad, dejándonos herrumbrosos vestigios del esplendoroso pasado, que en su día, protagonizaron apostaderos -(Estaciones)- con variado material y hasta viviendas, para el necesario desenvolvimiento del tráfico ferroviario.

Gracias a esos mencionados notarios que dan fe del acontecer inherente al repetido ferrocarril, está siendo posible –y en casos personales, de forma muy grata- reencontrarse, ilusamente, con una perdida juventud que nos lleva, valgan ejemplos, a tomar el tren obrero para ver en el cine de Nerva, “Lo que el viento se llevó”, ó también, partir desde la Estación de El Valle a Zalamea para comprar algunas salchichas y regresar, con la clásica botella del apreciado aguardiente, cuya prueba ya empezó a saborearse en el Pilar, sin contención para la Nochebuena.

Al margen de personales episodios frívolos, ese período juvenil no permitió, hasta adentrarnos en la madurez, la tremenda importancia que desempeñaban aquellos pesados artilugios que, por la Via General, transportaron 1.146.535 Tons de cobre hasta 1973 (Véase “Minería y Migraciones. Rio Tinto 1873-1973”, de L. Gil Varón), obtenidas con sudores y casi siempre, con sufrimiento, de la gente de una tierra en la que, escasos ó discutibles beneficios dejó.
De numerosos eventos debieron ser testigos los hoy ruinosos muros de las Estaciones y los machacados caminos de hierro que las atravesaban, a los que si pudiésemos insuflarles vida harían inventario de mortales accidentes y alarmantes descarrilos, pero igualmente referirían el alegre ánimo de viajeros para alentar a su equipo de fútbol en inolvidables tardes de competición, allá en Huelva.
Ya nunca sabremos que suerte corrió aquella máquina, adaptada sus carruajes auxiliares con especial delicadeza, donde viajó desde Huelva a Rio Tinto, en Marzo de 1882, ni más ni menos que S.M. el Rey, D. Alfonso XII.y séquito. El orgullo de la locomotora sólo fue superado por Mr. Lagdon, (Jefe delMuelle) el cual la condujo por expresa designación del Presidente de la Cía., Mr. Matheson.
Lástima que esa sensación de orgullo no fuese compartida, por otra compañera años después, al transportar fuerzas del Regimiento de Pavía (Febrero 1888) para reprimir la pacífica manifestación civil antihumos.

A la nostalgia suele acompañarle una porción de tristeza y, sin poderlo evitar, sucede cuando con estos recuerdos se echa la vista atrás, si bien, al auto concedernos una pausa, se comprueba que la memoria sigue viva y, afortunadamente, de ello se ocupan asociaciones como “La Factoría”; los “Amigos del Ferrocarril” y el “Museo Minero de Rio Tinto”.
A todos, nuestro sincero agradecimiento .-

alcado dijo...

Está claro que tienes a quien parecerte,y de seguro que allá en el Cielo al igual que nosotros, tu abuelo se habrá emocionado.
Un saludo!!

Anónimo dijo...

Maravillosamente emotiva la remembranza que haces de tu abuelo y que tanto remueve en mi memoria los recuerdos que me quedan del mío, también ferroviario.
Felicidades por el escrito y agradecimiento por el homenaje a la memoria.
Besos desde mi tren.