Foto: Cascada de Cobre. Alejandra Domínguez |
Cuando la brava serpiente
del Río se despereza
y rompe en los arrecifes
donde se duelen las piedras
de los colmillos del cobre,
le nacen espumas muertas
a las aguas minerales
que van de Riotinto a Huelva.
Por los hondos precipicios
el Río se desespera
y forma racimos blancos
de químicas azucenas,
que en el jardín de la mar
echarán raíces nuevas,
al mezclarse con el vómito
de enfurecidas mareas.
Antonio Perejil Delay: Romancero del Tinto
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