lunes, 8 de noviembre de 2010

El Gran Expolio (por Juan Leante)

Se rompe la continuidad, el tramo de la vía principal ya ha desaparecido. (Estación de Berrocal). Foto: Juan Leante.

En los frecuentes recorridos que he realizado a lo largo de la línea del tren minero he ido apreciando cada vez más, la inseparable unión que hay entre el río Tinto y la plataforma del ferrocarril con sus viejas traviesas y raíles. Cuando mis pasos se detienen para observar a estos últimos, algo se mueve dentro de mi; siento un fuerte arrebato de nostalgia y puedo imaginar en esos momentos el paso de un tren de mineral circulando lentamente, acompasando sus fuertes resoplidos en la rampa, y escuchando el chirrido de las pestañas de las ruedas en el alma del carril. Los miro de nuevo: herrumbrosos, martirizados por las pesadas cargas de antaño, y por el paso de los años. Y sé que en ellos están grabadas las huellas de todas las historias de quienes trabajaron en las minas.

Igualmente expoliada, la vía de acceso a foso reparaciones. Foto: Juan Leante

No podría sentir el mismo gozo cuando situado entre los carriles observo el entorno e imagino si en algún momento la vía desapareciera. Sería como en esas llamadas "vías verdes" donde apenas queda mas traza que la tierra compactada, cuando no ha sido asfaltada para el uso de las bicis. Estos apaños me resultan sosos. descafeinados, sin que apenas me aporten nada sobre la historia de ese lugar.


Pasado el puente viejo del Tinto, dirección Los Frailes, encontramos unos sacos abandonados con tirafondos y placas a los que, al no poder desenroscarlos, queman las traviesas. Foto: Juan Leante.

Hace unos días pasé por la estación de Berrocal en dirección a Los Frailes y comprobé amargamente lo que ocurre cuando el binomio del que hablaba se rompe. A lo largo de unos doscientos metros el carril había sido cortado rompiendo la continuidad de la vía p rincipal. (Las de cruce y apartadero desaparecieron hace ya tiempo) Y donde no pudo llegar un vehículo, se utilizaron sacos para después de quemar traviesas transportar las placas de apoyo, tirafondos, barandillas, etc, cosas de menor peso. Sentí como si me hubieran arrancado algo de mi interior, me robaran la memoria y la ilusión. Maldije a todos los que destrozan el patrimonio cultural y mucho más a quienes no hacen nada por evitarlo. Los segundos no tienen perdón.

Y así, poco a poco, nos vamos quedando mudos, impotentes ante tanta desidia y falta de interés por conservar un legado que como ya se ha demostrado con su restauración y uso turístico, da vida a una comarca que se resiste a morir por el olvido.

"Qué pena de país que no quiere recordar de donde viene".

Juan Leante

7 comentarios:

Juan Leante dijo...

Vuelvo a daros las gracias por la cariñosa acogida que me habéis brindado.
Es muy aleccionador encontrar una asociación con un carácter tan abierto.
Un cordial saludo para todos.

Anónimo dijo...

Me uno a tu sentimiento,amigo juan,que pena que estos vestigios de un pasado tan escitante se esten estropeando y nadie haga nada por evitarlo.
Yo en este lugar cuando llego muchos domingos por la mañana y paro mi moto ahi donde la carretera se cruza con la via,entro en un extasis que me hipnotiza y me hace ver un tren que viene subiendo resoplando,y hasta se me llegan a saltar las lagrimas. Ojala se pudiera recuperar toda la via hasta Huelva
seria una de las cosas mas maravillosas que nuestra querida provincia podria tener.
Mientrastanto seguire iendo a soñar a este maravilloso sitio.Saludos.

Juan Leante dijo...

Comparto totalmente tu sueño y te doy mi más sinceras gracias por tu comentario.
Es posible que todo no esté perdido mientras haya soñadores.
Saludos.

Anónimo dijo...

Es doloroso ver como un patrimonio, una herencia que nos pertenece gracias a nuestros antepasados, va desapareciendo poco a poco. Es doloroso, te sientes robado, herido, maltratado.

¿Tan complicado es legislar las chatarrerías de la Comunidad Autónoma, para que en el caso de estructuras metálicas, railes de tren o elementos ferroviarios se EXIGA copia de la licencia de demolición al señor que trae esos hierros para confirmar procedencia?

Así por lo menos se podría parar esto, encontrar no sólo culpables sino cómplices e intermediarios de un negocio que destroza nuestro patrimonio.

Saludos.

Firma Carlos Vázquez.

Anónimo dijo...

Me alegro mucho de ver como personas sensatas y responsables, se preocupan por la inexorable perdida de nuewstro patrimonio industrial, me uno a vuestros comentarios y os doy las gracias por ellos, decirle al amigo Carlos, que no es que sea complicado...ES QUE NO SE QUIERE saber nada desde las Administraciones Públicas, ni oeganismos ni nada, es una pena de verdad, esto creo que no hubiera pasado en otra comunidad autonoma...pero estamos en la que estamos, un saludo a todos. Paco Alcázar

José C. Martín dijo...

Qué se puede decir después de leer este hermoso artículo. El expolio siempre existió, pero lo triste, lo verdaderamente triste, es permitirlo. Aqui se está perdiendo un patrimonio histórico y cultural, sin que las autoridades responsables muevan un dedo. En una zona que podía experimentar un alto empuje turístico tan necesarios en la provincia de Huelva. Pero el ánimo de los que sienten y añoran ese patrimonio, se mantiene vivo. Mantengámoslo siempre activo, porque se puede conseguir un resurgir para deleite y disfrute de quienes no lo conocieron.

Juan Leante dijo...

Esto es un problema general. Aquí en Madrid, se están llevando las mangueras de cobre para el nuevo alumbrado de la ribera del Manzanares sin haberse todavía estrenado. Y no hace ni una semana que dos individuos, uno de ellos ha muerto electrocutado; estaban robando cable en San Martín de Valdeiglesias (Madrid). También he oído algo sobre una reciente redada que se ha hecho a bastantes chatarreros. Eso demuestra que si se quiere se puede evitar como dice José C.
Lo que verdaderamente importa es seguir denunciandolo que algo queda. Y este medio donde nos expresamos puede hacer mucho por evitar en el futuro que la cosa vaya cada vez peor.
Saludos y gracias por compartir este sentir.