Foto: Francisco Domínguez.
A través de hondos barrancos
y puentes de más de un siglo,
iban juntos hasta Huelva
el ferrocarril y el Río:
El agua moría al llegar
y se quedaba allí mismo
como esclava de la mar;
pero los trenes vacíos
siempre daban marcha atrás
y volvían a Riotinto,
fatigados de subir
el tortuoso camino
que llegaba hasta las minas
por dantescos precipicios.
A través de hondos barrancos
desolados y sombríos,
siguen bajando las aguas
cobrizas de mi río Tinto.
y puentes de más de un siglo,
iban juntos hasta Huelva
el ferrocarril y el Río:
El agua moría al llegar
y se quedaba allí mismo
como esclava de la mar;
pero los trenes vacíos
siempre daban marcha atrás
y volvían a Riotinto,
fatigados de subir
el tortuoso camino
que llegaba hasta las minas
por dantescos precipicios.
A través de hondos barrancos
desolados y sombríos,
siguen bajando las aguas
cobrizas de mi río Tinto.
Antonio Perejil Delay: Romancero del río Tinto.
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