Una vía verde hacia el futuro de El Castillo
La conversión del antiguo trazado ferroviario en una ruta para el turismo activo se vislumbra como revulsivo que hará remontar la economía local
FRANCISCO J. DOMÍNGUEZ / EL CASTILLO DE LAS GUARDAS / 20 FEB 2017 / 21:03 H - ACTUALIZADO: 21 FEB 2017 / 09:01 H.
A principios del siglo XX la explotación de la faja pirítica llevó a cabo su revolución industrial y económica en El Castillo de las Guardas. Transformó el interior de la tierra y modificó su superficie para construir líneas de ferrocarril para transportar el mineral. Abandonadas con el cese de la actividad minera, hoy son la oportunidad para una nueva revolución local, gracias al proyecto de vía verde.
El tren recorría El Castillo de las Guardas, desde un extremo a otro, comunicándolo con la provincia de Huelva por el oeste y enlazándolo con El Ronquillo hasta San Juan de Aznalfarache por el este y el sur. El trazado lo componían dos líneas independientes pero complementarias, con una extensión en el término municipal de 26,6 kilómetros. Era un tren de vía estrecha, de poco más de un metro de ancho, para el que primero se construyó el ramal para unir Peña del Hierro al ferrocarril de Cala –y dar salida al mineral por Riotinto y Huelva–.
Posteriormente se le agregó la conexión con Minas del Castillo hasta El Ronquillo, enlazando con el ferrocarril hasta San Juan de Aznalfarache. Ante la complicada orografía fue necesario construir puentes, viaductos, túneles y trincheras, así como sus correspondientes apeaderos, talleres y cocheras. Al uso industrial se añadió más tarde una concesión para el transporte de viajeros.
En los años 60 del siglo XX, con el cese de la actividad minera y la extinción anticipada de la concesión, el trazado, despojado de las vías, permaneció abierto y sin uso entre unos parajes de gran belleza y riqueza ambiental. Jalonado de edificios, que hoy día son fantasmas, pero que evocan una esplendorosa arquitectura y que suponen un gran potencial, además de un amplio abanico de posibilidades para su reutilización. Estas son las bases desde las que el Ayuntamiento castillero quiere crear su vía verde, una ruta para el turismo y el ocio de naturaleza y deporte. Una vía hacia el futuro y el desarrollo de la localidad.
«El futuro está en el turismo activo», señala el alcalde, Gonzalo Domínguez. Y lo afirma para defender un proyecto que, si bien ya se venía trabajando, con el incendio del pasado verano ha pasado a protagonizar las expectativas de la localidad. «El incendio ha sido el más grande de Andalucía. Ha cambiado el panorama económico, ha deprimido más la zona, con una tasa de paro de las más altas –36 por ciento–. Necesitamos un revulsivo, un impulso para volver a salir a flote».
La vía verde de El Castillo de las Guardas aunará tres entornos naturales distintos –dehesa, sierra y paisaje minero– a través de una ruta prácticamente sin desniveles, puesto que el ferrocarril necesitaba de recorridos llanos. Ello la hace totalmente accesible y apta para transitar a pie o en bicicleta. De aquellos restos mineros mantiene –en buen estado de conservación– tres túneles, dos de ellos con bóvedas de ladrillo y otro excavado en la propia roca; tres puentes monumentales, uno de ellos en el interior de la reserva, por cuyas instalaciones discurre un tramo. Los restos de Villa Emilia, un cortijo obra de Aníbal González con su propia plaza de toros, se ubica junto a la vía. Los pequeños núcleos rurales de las pedanías, como La Aulaga o Minas del Castillo, donde incluso existe una pequeña iglesia abandonada confieren un atractivo especial. Un trazado «con un potencial increíble, palpable y al que hay que dedicar mínimos recursos para ponerla en funcionamiento», asegura Domínguez. Su interés, además, radica en que «vertebra no solo la comarca, sino que une las provincias de Sevilla y Huelva». (...)
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