miércoles, 20 de marzo de 2013

Historia de la Faja Pirítica Ibérica (IX). (Por Iván Carrasco)

LA FIEBRE MINERA DEL SIGLO XIX:
 LA PIRITA, MENA DEL AZUFRE

Hacia 1858 el desarrollo del proceso Henderson permitió aprovechar los metales contenidos en las cenizas de pirita, resultante de la tostación del mineral en las fábricas de ácido: Este hecho dio un valor añadido a la pirita y sirvió de aliciente para animar a nuevos inversores, así llegaron otras compañías, ligadas a la industria química, que provocaron una autentica revolución industrial. La llegada de estas fuertes compañías acelera la introducción de la gran minería a cielo abierto que convertirá a las "cortas" en elementos característicos del paisaje de la región. Se construyeron todo tipo de infraestructuras, entre las que destacan nuevas poblaciones, las obras hidráulicas y los transportes. Llegaron a funcionar más de 25 ferrocarriles mineros con más de 1000 km de vía férrea.

En 1864, el 90 % del ácido producido en Inglaterra era a partir de las piritas ibéricas (Flores Caballero, 1983).

Mina Cueva de la Mora, pozo maestro La Corta. Colección Particular.

La inyección de capital tuvo en su mayoría origen inglés y francés, aunque había aportaciones de importantes banqueros europeos como los Rostchild. Hay que añadir la breve presencia de los portugueses en Sotiel Coronada, con la "Companhia Mineira Sotiel Coronada" y la "Companhia Portugues das Minas de Huelva" en Cueva de la Mora, Monte Romero y La Zarza (La Algaida) (Pinedo Vara, 1963). En Portugal Sâo Domingos fue explotada por Manson & Barry desde 1858, y Aljustrel desde 1899 por la Societé Belge des Mines d´Aljustrel.


Mina la Zarza malacate del pozo nº 3. Colección Particular

Otra de las pioneras fue The South Europe Minig Co. Ltd., fundada por una sociedad de fabricantes de productos químicos londinense que en 1862 se hizo con los derechos de la mina Castillo de Buitrón. Cuatro años después, otra  compaía inglesa, The Buitrón & Huelva Railway & Mineral Co. Ltd., concesionaria de la línea de ferrocarril de Buitrón a San Juan del Puerto, arrendo esta mina a sus propietarios y adquirió en 1873 mina Concepción y La Poderosa que pertenecían a las familias Ybarra y Santaló de Sevilla (Ramírez Copeiro, 1985).

Pozo nº 1 mina El Perrunal. Foto Colección Particular.

En 1866 la compañía francesa de Tharsis arrendó sus propiedades por 98 años a The Tharsis Sulphur & Copper Co. Ltd, (T.S.C.), fundada en el mismo año en Glasgow (Escocia) por una asociación de propietarios de fábricas de ácido. Esta compañía vendió en 1900 las minas del Perrunal a la Societé Francaise des Pyrites de Huelva, que se hizo también con el Lomero-Poyatos. La inglesa The Bede Metal Chemical Co. Ltd., adquirió las minas de La Joya (1879), Herrerías (1880) y San Telmo (1882).

Perforación en mina San Telmo. Foto Colección Particular.

La problemática de Riotinto era diferente. Tras los intentos de venta de 1851, 1856 y 1870, el gobierno español, acosado por la falta de liquidez en las arcas del Estado, decreto en 1873 la venta del establecimiento minero a un consorcio de banqueros europeos liderado por el escocés Hugo Matheson, constituyéndose en Londres The Río Tinto Company Ltd. (R.T.C.), con un capital social de 2.250.000 libras. La fuerte inversión permitió que en Riotinto se transformara en poco años en uno de los grandes centros industriales del mundo. La compañía se convirtió muy pronto en la "primera dama" del mercado mundial de las piritas, manteniendo un dominio indiscutible hasta después de la Gran Guerra y ejerció un poder casi absoluto en la vida política y social de la provincia de Huelva.

Instalaciones exteriores del pozo Maestro o san Dionisio (1890). Este pozo desapareció hacia 1910 con la ampliación de Corta Atalaya hacia Levante, junto al malacate accionado por una máquina de vapor, se puede observar una "House Pump Cornisch" una Casa de Bombas Cornisch, seguramente usada para desaguar toda la contramina San Dionisio. Este pozo se corto en la cámara nº 10 del piso 33 y en el piso 36 en las galerías del fondo de dicho pozo se descubrió una bomba de plomo y gruesos tubos de bronce utilizados en aquella época para el desagüe. Foto Colección Particular

Una de las primeras amenazas para el mercado de las piritas lo constituyó el desarrollo de un nuevo proceso de fabricación de carbonato sódico que no precisaba del sulfúrico como materia prima. En 1874, el químico Ernest Solvay cedió la patente del mismo para el reino Unido a los srs. Mond y Brunner, que formaron la compañía Brunner Mond que llegó a fabricar 47.000 t/año de carbonato, superando a los fabricantes que todavía empleaban el proceso Leblanc y, por tanto, potenciales compradores de piritas (Avery, 1985).
Respecto al cobre, las operaciones debían desarrollarse en un mercado muy inestable. La apertura de las grandes minas en Chile, EE.UU., Sudáfrica y otros países provocó una caída continua en los precios, depreciándose el metal aproximadamente un tercio de su valor entre 1872 y 1886. En esa situación eran frecuentes los acuerdos secretos entre empresas. Un caso destacado es el de la Société Isdustrielle et Commercialle des Métaux. Mediante pactos secretos con las compañías, en el mes de octubre de 1887 tomó control sobre más del 80% de la producción mundial de cobre, adquiriendo el resto en los dos meses siguientes. Esto provoco un espectacular repunte del precio que animó a pequeñas empresas a aumentar la producción de mineral, mientras que los compradores dejaron de adquirirlo. El exceso de oferta produjo el colapso de las cotizaciones y, al no poder afrontar sus compromisos comerciales, la Société des Metaux quebró, arruinándose sus socios (parece ser que el director de un importante banco parisino se suicidó por este motivo) (Avrey, 1985).

San Dionisio antes del comienzo del proyecto Corta Atalaya, en primer término el pozo Alicia, detrás a cierta distancia el pozo Maestro o San Dionisio. Foto Colección Particular

A finales de la década de los 80, la demanda de azufre experimentará un nuevo crecimiento. Para evitar las tentaciones monopolistas de los productores de pirita y para plantar cara a la amenaza que suponía el proceso Solvay, cuarenta y cinco fabricantes ingleses de álcalis decidieron unirse en 1890, formando la mayor agrupación química del mundo: The United Alkali Company. La estrategia de Alkali consistió en hacerse autosuficiente , controlando todas sus materias primas. La pirita era una de ellas, por lo que decidieron invertir fuertemente en el negocio minero con el objeto de tener cierta independencia frente a las oscilaciones del mercado. Así, compran las minas de Sotiel Coronada (1904), Tnto - Santa Rosa (1905) y en 1906 el ferrocarril del Buitrón y las minas de Concepción, Castillo de Buitrón y Poderosa (Ramírez Copeiro, 1985).

Modernas cámaras de extracción, mina Sotiel. Foto Colección Particular.

Los productores buscaron la salida a esta situación, se buscó en la apertura de un nuevo mercado: los Estados Unidos. En 1894 todavía se consumía en ese país azufre siciliano, pues la importación de las piritas españolas y portuguesas estaba gravada con fuertes impuestos. Un cambio en la política arancelaria americana permitió la rápida introducción de la pirita, de forma que en 1909 el 84% del ácido americano se producía con mineral de Riotinto.

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