viernes, 8 de febrero de 2013

Los humos de las teleras (*1). Desde sus orígenes hasta después de los sucesos del 4 de febrero de 1888 en las Minas de Riotinto (I)

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1.- INTRODUCCIÓN
Postal de las Teleras. (A.P.D) 
Hasta mediados del siglo XIX, las únicas minas en las que se calcinaban minerales de cobre al aire libre, aunque en muy reducidas proporciones, eran las de Río Tinto. Pero a partir de esa fecha, fue tal el número de compañías extranjeras que se constituyeron para explotar los numerosos criaderos onubenses de la provincia de Huelva, que casi todas ellas utilizaron el mismo sistema para beneficiar los minerales sulfurosos de baja ley en cobre: este sistema fue el tan popularmente conocido por el nombre de TELERAS.

Como consecuencia de esta práctica supuestamente ilegal, las emanaciones de gases sulfurosos y arsenicales empezaron a producir graves daños en la vegetación del entorno de las minas, y también en el organismo de las personas que se encontraban próximas a ese tipo de humaredas o mantas (2) . Esas humaredas de ácido sulfuroso que vertían permanentemente miles y miles de teleras, dieron lugar a que muchos vecinos de los pueblos mineros y limítrofes se quejaran y exigieran de las autoridades alguna solución que viniera a poner fin al sistema de las calcinaciones al aire libre.

Sin embargo, lejos de resolverse el problema de los Humos de Huelva  por las vías judiciales o administrativas ordinarias, las compañías mineras siguieron haciendo oídos sordos a las quejas vecinales y continuaron quemando ingentes cantidades de pirita, sin tener en cuenta las normas de salubridad más básicas y elementales…hasta que dichas empresas se vieron “obligadas” a abandonar el método de las teleras, cuando lo consideraron obsoleto o cuando pudieron sustituirlo por otros sistemas más rentables.

Por otro lado, hay que reconocer que las leyes sobre este asunto, a mediados del siglo XIX, eran prácticamente inexistentes, y las pocas que se referían a este asunto lo hacían de una forma tangencial y muy generalizada; de modo que hubo que esperar hasta el trágico año de 1.888 (Año de los Tiros), para que el Ministro de la Gobernación José Luis Albareda promulgara el famoso Decreto de 29 de febrero, sobre la supresión de las calcinaciones al aire libre; decreto que a la postre, tampoco serviría demasiado para resolver el problema de los Humos de Huelva (3) por las vías judiciales o administrativas ordinarias, las compañías mineras siguieron haciendo oídos sordos a las quejas vecinales y continuaron quemando ingentes cantidades de pirita, sin tener en cuenta las normas de salubridad más básicas y elementales…hasta que dichas empresas se vieron “obligadas” a abandonar el método de las teleras, cuando lo consideraron obsoleto o cuando pudieron sustituirlo por otros sistemas más rentables.

Por otro lado, hay que reconocer que las leyes sobre este asunto, a mediados del siglo XIX, eran prácticamente inexistentes, y las pocas que se referían a este asunto lo hacían de una forma tangencial y muy generalizada; de modo que hubo que esperar hasta el trágico año de 1.888 (Año de los Tiros), para que el Ministro de la Gobernación José Luis Albareda promulgara el famoso Decreto de 29 de febrero, sobre la supresión de las calcinaciones al aire libre; decreto que a la postre, tampoco serviría demasiado para resolver el problema de los Humos de Huelva.


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  (1) Montones de pirita ferro-cobriza, de forma cónica o tronco-piramidales que ardían espontáneamente durante 5 ó 6 meses, con el fin de convertir los sulfuros minerales en sulfatos solubles en el agua. Se les llamaba “teleras” por el gran parecido que tenían con cierto pan que se fabricaban en Andalucía durante aquellos tiempos.
  (2) En las Minas de Río Tinto se les llamaba mantas a las humaredas de gases sulfurosos que desprendían las teleras en combustión, atacando a las plantas y dañando las vías respiratorias de las personas.
  (3) Este conflicto permanente entre los vecinos de los pueblos afectados (sobre todo los agricultores) y las compañías extranjeras, fue conocido popularmente como el de Los Humos de Huelva

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