LA CASILLA QUEMADA: Esta
edificación era una casilla ordinaria del tipo más común de las
que construyó la COMPAÑÍA GADITANA DE MINAS entre sus minas y el
embarcadero de San Juan de Aznalfarache. Estaba situada después de
la Estación de Aznalcóllar, a tan solo 360 metros de ésta; en el
cruce del ferrocarril con el camino que iba hasta un grupo de casas
para obreros denominado "La Juanita", edificadas en la
época de la SEVILLE SULPHUR. Este edificio se conocía popularmente
como la "Casilla Quemada"; debido a un incendio fortuito
que se produjo en 1936.
Esta casilla estuvo habitada durante algunos años por los padres de
Antonio Bretones Escobedo, ANTONIO BRETONES AGUIRRE y
JOSEFA ESCOBEDO MORENO.
Esta casilla fue de las primeras que desaparecieron, después de la
crisis irreversible de la COMPAÑÍA GADITANA DE MINAS, e iniciarse
la explotación a cielo abierto de las "Minas de
Aznalcóllar".
LA CASILLA DE MARÍA: Estaba situada en el Kº 1.400, desde la Estación de Aznalcóllar. En este lugar, el F.C. se cruzaba con el camino particular que iba hasta las casas para Jefes que se construyeron en la mina "La Higuereta". Según las personas más viejas de Aznalcóllar, en esta casilla vivió un matrimonio compuesto por María y Frasco Montes, y ambos fueron empleados de la COMPAÑÍA GADITANA DE MINAS. Este edificio también ha desaparecido por completo, y estaba situado aproximadamente en el lugar que hoy ocupa la puerta de entrada de las modernas instalaciones de BOLIDEN-APIRSA, S.L.
CASILLA DE CRISPINEJO: Estaba situada antes del viaducto metálico que se construyó sobre el río Agrio o Crispinejo, en el Kº 1,975. Era también una casilla ordinaria de las más pequeñas y desapareció hace ya bastantes años, después de la época en que se desguazó el "Puente de Hierro". El emplazamiento de esta casilla era estratégico; porque desde ella, su inquilino, vigilaba permanentemente el estado del Puente y la conservación de la vía.
LA CASILLA DE MARÍA: Estaba situada en el Kº 1.400, desde la Estación de Aznalcóllar. En este lugar, el F.C. se cruzaba con el camino particular que iba hasta las casas para Jefes que se construyeron en la mina "La Higuereta". Según las personas más viejas de Aznalcóllar, en esta casilla vivió un matrimonio compuesto por María y Frasco Montes, y ambos fueron empleados de la COMPAÑÍA GADITANA DE MINAS. Este edificio también ha desaparecido por completo, y estaba situado aproximadamente en el lugar que hoy ocupa la puerta de entrada de las modernas instalaciones de BOLIDEN-APIRSA, S.L.
CASILLA DE CRISPINEJO: Estaba situada antes del viaducto metálico que se construyó sobre el río Agrio o Crispinejo, en el Kº 1,975. Era también una casilla ordinaria de las más pequeñas y desapareció hace ya bastantes años, después de la época en que se desguazó el "Puente de Hierro". El emplazamiento de esta casilla era estratégico; porque desde ella, su inquilino, vigilaba permanentemente el estado del Puente y la conservación de la vía.
CASILLA DEL CONVENTO: Esta casilla era del tipo de las ordinarias que se construyeron para el personal de Vía y Obras. Estaba emplazada a pocos metros antes de iniciarse el viaducto que se construyó sobre el Arroyo de los Frailes, en sentido Aznalcóllar-Sevilla. Se le conocía popularmente como "Casilla del Convento", por su proximidad a las ruinas de un convento de monjes (Monasterio de Nuestra Señora del Buen Suceso) que existió en esa zona hasta antes de iniciarse la explotación de la "Corta los Frailes", en 1996. En esta casilla habitó durante algunos años CAYETANO BRETONES AGUIRRE. Sus ruinosos muros fueron visibles hasta la década de los setenta, pero en la actualidad no queda nada.
CASILLA DE BRETONES: Esta casilla se hallaba a menos de un kilómetro de la Casilla del Convento, en el cruce del F.C. con la carretera de Gerena. Como se trataba de un cruce muy peligroso, estaba protegido mediante un paso a nivel con cadenas. Se le llamó así, porque estuvo habitada durante 15 años por el matrimonio Antonio Bretones Aguirre y Josefa Escobedo Moreno, hasta principios de los años cincuenta. Recuérdese que esta pareja habitó también hasta 1936 la Casilla Quemada, próxima a la Estación de Aznalcóllar. Cuando en 1978 visité por vez primera las minas de este pueblo, todavía se conservaban los ruinosos muros de la "Casilla de Bretones" y los segmentos de vía que se cruzaban con la antigua carretera, pero en los momentos actuales ya no se conserva nada. En esa zona ha desaparecido incluso la vieja explanación del Ferrocarril, debido al impacto de las modernas máquinas agrícolas.
I) CASILLA DEL PORTUGUÉS: Esta casilla estaba situada entre el viaducto metálico que la compañía propietaria del Ferrocarril construyó sobre el río Guadiamar y la Estación de Gerena-Empalme, sobre el Kº 7,200 de la línea general. Por ese lugar pasaba un antiguo camino real, que unía los pueblos del Aljarafe sevillano con Extremadura; y en el que existió un PASO A NIVEL, para regular el tránsito de ganados y personas. De esta casilla no se conserva absolutamente nada, ya que fue una de las primeras en desaparecer, después de la clausura del F.C. de Aznalcóllar.
CASILLAS DEL RAMAL A GERENA: Entre
la Estación de Gerena-Pueblo y la Estación de Gerena-Empalme se
construyeron dos casillas para guardas. La primera de ellas se halla
situada en el Kº 1.170 del ramal, junto a la carretera que sale de
Gerena hacia Aznalcóllar. Cuando visité esta casilla, en 1990,
tenía los muros de mampostería en buen estado, pero le faltaba la
techumbre. Posteriormente, las tejas originales se han sustituido por
chapas onduladas, se han tapiado los huecos de las ventanas, le han
colocado una puerta metálica, y se está reutilizando actualmente
con fines agrícolas. En el mismo lugar donde se ubica esta casilla,
existió un PASO A NIVEL, del cual no se conserva nada. La otra
casilla se hallaba situada en el Kº 2.490 del citado ramal, en
terrenos del Marqués de Albaserrada; y de ella no se conserva
absolutamente nada, debido a los continuos movimientos de tierra que
han efectuado las máquinas con el paso de los años. La zona está
tan removida, que no ha quedado ni un trozo virgen de la explanación
original. Junto a esta casilla también existió un PASO A NIVEL con
guarda.
CASILLA DE LA PUCHERA: Siguiendo
el recorrido desde la Estación de Gerena-Empalme hasta Camas, había
otra casilla para guardas, conocida popularmente como "La
Puchera".
Estaba situada sobre el Kº 8.400 de la línea general, junto a una
vereda de carne que discurría por terrenos de"Conti" y "La
Pizzana". Era del tipo de las más pequeñas y desapareció hace
ya bastante tiempo.
CASILLA DE BERNARDO: Esta casilla estaba situada sobre el Kº 10,090 del Ferrocarril, junto a la carretera que une Gerena y Olivares. Su nombre se debe a que la habitó durante muchos años un tal Bernardo Pallares. Dentro del tipo de las casillas para guardas que se construyeron a lo largo de la línea general, ésta fue una de las mejores conservadas hasta la década de los ochenta. Recuerdo que durante la primera visita que hice a este lugar en Mayo de 1985, este edificio se encontraba en magnífico estado de conservación: Sus paredes estaban encaladas, la techumbre se encontraba bien, conservaba todavía su puerta original y disponía incluso de rejas metálicas en las ventanas. Hasta el año 1990, sobrevivió al vandalismo, a la intrusión y al expolio. Después, unos desaprensivos rompieron la cerradura de la puerta y destrozaron los humildes enseres que había dentro. A partir de entonces, sufrió un deterioro galopante y a mediados de los años noventa estaba ya completamente destrozada. La última vez que visité el emplazamiento de esta casilla, solo se conservaba una pila de lavar y el aljibe para agua potable que se construyó al borde de la vía. En esta casilla existió también un PASO A NIVEL con cadenas.
CASILLA DE LA DIVISORIA: Estaba situada en el Kº 12.460 de la línea general, al borde de un antiguo camino vecinal que unía las poblaciones de Olivares y Gerena, y se cruzaba con el Ferrocarril en ese punto. Esta casilla fue de las primeras en desaparecer, y en la actualidad no se conserva de ella absolutamente nada.
CASILLA DEL 18: Se le llamaba popularmente así, porque se construyó muy cerca del kilómetro dieciocho de la línea general (Kº 17.740), al borde del carril sin asfaltar que une Salteras con la carretera de Gerena a la altura de una hacienda denominada "El Polvillo". Entre aquel punto de la línea y "El Polvillo", hay que recorrer una distancia de 3,100 kilómetros. Hasta 1989 todavía eran visibles los muros inferiores de esta casilla; pero en la actualidad solo es posible ver algunos ladrillos rotos que amarillean encima de la tierra, y el antiguo aljibe cegado de objetos inservibles y animales muertos.
CASILLA DE BERNARDO: Esta casilla estaba situada sobre el Kº 10,090 del Ferrocarril, junto a la carretera que une Gerena y Olivares. Su nombre se debe a que la habitó durante muchos años un tal Bernardo Pallares. Dentro del tipo de las casillas para guardas que se construyeron a lo largo de la línea general, ésta fue una de las mejores conservadas hasta la década de los ochenta. Recuerdo que durante la primera visita que hice a este lugar en Mayo de 1985, este edificio se encontraba en magnífico estado de conservación: Sus paredes estaban encaladas, la techumbre se encontraba bien, conservaba todavía su puerta original y disponía incluso de rejas metálicas en las ventanas. Hasta el año 1990, sobrevivió al vandalismo, a la intrusión y al expolio. Después, unos desaprensivos rompieron la cerradura de la puerta y destrozaron los humildes enseres que había dentro. A partir de entonces, sufrió un deterioro galopante y a mediados de los años noventa estaba ya completamente destrozada. La última vez que visité el emplazamiento de esta casilla, solo se conservaba una pila de lavar y el aljibe para agua potable que se construyó al borde de la vía. En esta casilla existió también un PASO A NIVEL con cadenas.
CASILLA DE LA DIVISORIA: Estaba situada en el Kº 12.460 de la línea general, al borde de un antiguo camino vecinal que unía las poblaciones de Olivares y Gerena, y se cruzaba con el Ferrocarril en ese punto. Esta casilla fue de las primeras en desaparecer, y en la actualidad no se conserva de ella absolutamente nada.
CASILLA DEL 18: Se le llamaba popularmente así, porque se construyó muy cerca del kilómetro dieciocho de la línea general (Kº 17.740), al borde del carril sin asfaltar que une Salteras con la carretera de Gerena a la altura de una hacienda denominada "El Polvillo". Entre aquel punto de la línea y "El Polvillo", hay que recorrer una distancia de 3,100 kilómetros. Hasta 1989 todavía eran visibles los muros inferiores de esta casilla; pero en la actualidad solo es posible ver algunos ladrillos rotos que amarillean encima de la tierra, y el antiguo aljibe cegado de objetos inservibles y animales muertos.
CASILLA DE SANTIPONCE: Estaba situada en el Kº 25.255 de la línea general, sobre el cruce del Ferrocarril con la carretera que une Valencina de la Concepción y Santiponce, a unos 900 metros de esta población. Cuando visité esta casilla a finales de 1989, solo se conservaba (pero en muy mal estado) el muro fronterizo con la carretera y una de las paredes lindantes con la vía. Lo demás estaba completamente destruido. A la hora de redactar este trabajo, la citada casilla ha desaparecido por completo, y su solar se ha habilitado recientemente como parte de un rústico Almacén de Corcho.
CASILLA DE CAMAS: Estuvo situada en el Kº 27.280 de la línea general, a poniente de Camas, y casi frente por frente al cementerio de esta población. A pocos metros de esta casilla para guardas había un camino vecinal que procedía de una cortijada próxima, apellidada "Cortijo de la Señorita" y que se cruzaba con el F.C. de Aznalcóllar en ese punto. También en esa intersección hubo un PASO A NIVEL conocido popularmente como de "La Señorita". Cuando visité esta casilla en Diciembre de 1989, era admirable su estado de conservación, gracias a los permanentes cuidados que le dispensaba la señora MANUELA GÓMEZ CEDILLO, que la habitó durante más de 50 años con su familia. Esta mujer fue empleada de la compañía propietaria del Ferrocarril y desempeñó las funciones de GUARDESA en el paso a nivel de "La Señorita" durante muchos años. A finales de 1989 vivía con una hija viuda, cuyo marido había sido también empleado de la COMPAÑÍA GADITANA DE MINAS.
Caseta de Camas con depósito de agua para las Locomotoras.
También
esta señora tuvo la amabilidad de facilitarme, cuando la visité,
una interesante foto de la locomotora de vapor "Triana-5",
donde una de las personas que aparecen es un hijo que se le murió
muy joven y que también fue empleado del F.C. de Aznalcóllar.
La última vez que fui a visitar a Dª MANUELA, con el fin de
actualizar este trabajo (en 1996), me encontré con la desagradable
sorpresa de que la casilla donde vivió esta señora había
desaparecido por completo. Pregunté a algunos vecinos de las casas
próximas y me indicaron el nuevo domicilio de Dª MANUELA. Cuando
volví a hablar con ella, estaba algo más anciana y ya no se
acordaba muy bien de mi visita del 89. Fue su hija la que me explicó
que debido al aspecto ruinoso que presentaba el edificio donde vivían
ella y su madre a principios de los años noventa, el Ayuntamiento de
Camas les facilitó otra vivienda a un precio simbólico, para que no
corrieran riesgos innecesarios.
Por tanto, la Casilla se quedó vacía sobre 1992-93, y el
Ayuntamiento de Camas procedió a su derribo, basándose en razones
de seguridad.
LOS ALJIBES DEL FERROCARRIL:
A pesar de que la mayoría de casetas y estaciones del F.C. de Aznalcóllar han desaparecido, y las que sobreviven no se conservan demasiado bien, he podido constatar "in situ" la existencia de varios ALJIBES a lo largo de la línea, entre Aznalcóllar y Camas. Estos aljibes se construyeron todos al borde de la vía, y su finalidad era almacenar AGUA POTABLE, para las necesidades domésticas de las personas que habitaban aquellos edificios. Eran unos compartimentos subterráneos, de planta cuadrada, construidos a base de ladrillos, de los utilizados en casi todas las edificaciones de la COMPAÑÍA GADITANA DE MINAS. La parte interior o "caldera" era de dimensiones mucho más amplias que la boca del aljibe, para evitar al máximo la evaporación. Dichas bocas o estrangulamientos medían interiormente 0,5 metros y se remataban con unas compuertas de madera, que impedían la entrada de reptiles, parásitos e insectos.
Detalle de los restos de un aljibe
El
abastecimiento de agua se hacía desde los propios trenes, mediante
vagones-cisternas que se enviaban periódicamente a todas las
casillas y estaciones. En 1989, cuando recorrí por vez primera todas
las casillas y estaciones del F.C. de Aznalcóllar, el aljibe mejor
conservado (por no decir el único) era el que había en la "Casilla
de Bernardo", sobre el Kº 10.090 de la línea general. Estaba
muy bien encalado y conservaba aún su tapa de madera, a pesar de que
ya la casilla permanecía abandonada desde hacía algún tiempo.
Otros aljibes que todavía se conservan pero muy deteriorados, son el
de la Estación de Valencina y el de la Casilla sobre la carretera de
Salteras. Todos están completamente cegados de basura, objetos
inservibles...Y los únicos seres vivos que habitan dentro de sus
arruinados muros son las salamandras.
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