viernes, 30 de marzo de 2012

1888, el Año de los Tiros. Un movimiento social de trasfondo ecologista (IV). Por José Manuel Torres Ayala


José Manuel Torres Ayala, Periodista. 
"1888, el Año de los Tiros. Un movimiento social de trasfondo ecologista".(I, II, III) 
Sus artículos en La Factoría. 




4.- La manifestación del 4 de febrero


La mañana del 4 de febrero de 1888 partieron dos manifestaciones. Una de ellas era la ecologista, desde Zalamea, encabezada por el alcalde de dicho municipio y el cacique Lorenzo Serrano. A esta manifestación se unieron las gentes de todos los pueblos y aldeas adyacentes a Zalamea la Real. La otra manifestación era la de carácter obrero y partió desde Nerva, el pueblo insurrecto, que capitalizó el movimiento obrero en la zona al estar más libre del control inglés que el núcleo, Riotinto. La manifestación nervense estaba encabezada por Maximiliano Tornet. Ambas columnas se unieron a la entrada de Riotinto y de allí marcharon unidos, alrededor de 12.000 personas hasta la Plaza del Ayuntamiento. Los reivindicantes esperaban que la fuerza de la muchedumbre y el ardor social hicieran replantearse la situación a las autoridades y obtener unos resultados parecidos a los que se produjeron en Calañas y otros pueblos de su entorno.

El alcalde de Riotinto, en vez de aplacarse, en los días anteriores a la manifestación, pidió refuerzo a la Guardia Civil de Huelva. El día de la manifestación el Gobernador de Huelva llegó a Riotinto con la Compañía de Pavía del Ejército, con el Teniente Ulpiano Sánchez al mando, no con la Guardia Civil como había solicitado el alcalde.

El Teniente Sánchez y el Gobernador subieron al balcón del ayuntamiento, advirtieron que las calcinaciones no iban a cesar e intentaron disuadir a los manifestantes, en todo momento pacíficos. Sin dar tiempo a entender lo que allí ocurría, la tropa de Pavía abrió fuego a discreción ante una voz que de fondo gritó ¡fuego!

Las versiones son contradictorias a partir de este momento, unos dicen que los disparos duraron un minuto y otros llegan hasta los tres. Los disparos y bayonetazos produjeron muertes, pero estas cifras también son discordantes. Las muertes que quedaron reflejadas en el informe que la RTCL envió al Consejo de administración son 13, entre los 19 y los 55 años. La causa demuerte que se dispuso en el registro civil fue “hemorragia interna” o “externa”.

Posteriormente la Compañía llegó a reconocer 45 muertes, pero la tradición oral habla de 300 fallecidos.

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