"(...) La Columna Minera, que así quedó denominada para el recuerdo, se dirigía a Sevilla para ayudar a combatir el golpe de estado. Se trataba de un grupo de 200 trabajadores voluntarios, desprovistos de banderas o ideologías pero bien cargados de ilusión y solidaridad por el gobierno constitucionalmente elegido. Su final sería formar parte de ese más de un millón de muertos que resume en escalofriante cifra el resultado de tres años de matanzas y pueblos desmembrados en fría y calculada represión y adoctrinamiento contra hombres, mujeres y niños. Aún los más viejos no han podido olvidar el miedo al castigo físico y psíquico provocado por los asalariados “dedos acusadores” de los delatores del sistema, repartidos por barrios y manzanas, y que dejó en la mayoría de los vecinos vencidos y sus familias una huella imborrable. La intensa depuración ideológica que desde un principio pusieron en práctica los adeptos al régimen franquista, recibió el esmerado apoyo sin condiciones del fascismo más visceral y la ejemplarizante dedicación educativa de la iglesia más reaccionaria (...)". Fuente: Cosas de Andalucía
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