De todos los yacimientos situados al oeste de la provincia de Huelva, tan sólo Cabezas del Pasto y Herrerías se explotaron de una forma destacada. Sin duda el ferrocarril fue un factor tecnológico clave para el desarrollo, pues permitío a diferentes compañías mineras disponer de un eficaz medio de transporte para colocar su producción en los mercados europeos. En la historia de esta linea férrea hay dos épocas por los medios técnicos empleados, hasta el punto de que podía hablarse de dos ferrocarriles distintos en su concepción y explotación.
INTRODUCCIÓN
Para conocer los orígenes de este ferrocarril minero, hay que remontarse a 1879, este año una compañía inglesa, The Bede Metal & Chemical Co., Ltd. llegó a Huelva en busca de mineral de cobre de alta ley para asegurarse el abastecimiento de su fundición, ubicada en la industriosa región del río Tyne (Iglaterra). En el plazo de cinco años, se hicieron con los derechos de explotación de varios yacimientos de pirita cobriza de la provincia, empleando siempre la modalidad de arrendamiento.
En 1884, cerraron un acuerdo con el ingeniero de minas de origen alemán D. Jorge Rieken para investigar y explotar un grupo de concesiones denominado "Las Cabezas del Pasto". La aplicación de una metodología sistemática de investigación mediante sondeos, llevó al descubrimiento del yacimiento de mayor riqueza en cobre del momento (DOETSCH, 1953;139-147). La abundancia de negrillos (calcosina) permitío a The Bede Metal desarrollar una explotación por minería subterránea próspera y perfectamente equipada sobre un yacimiento de pequeñas dimensiones en comparación de otros de la zona
La mina Cabezas del Pasto en los años 50. Doetsch (1953).
Por esas fechas, el mineral extraído de los pozos tenía leyes medias superiores al 5 % en cobre y se exportaba directamente. El mineral de baja ley (3-5 %) que se explotaba por necesidades operativas se trataba en la propia mina para obtener el cemento de cobre o cascara que era el producto exportado junto con el negrillo. Para los ingenieros de la compañía la economía del transporte se convirtió en un elemento crucial para la rentabilidad de la mina, realizándose éste durante los primeros años en carros de mulas hasta el Puerto de La Laja situado en la margen izquierda del río Guadiana, distante unos 13 km. en línea recta, aunque a través de un terreno bastante accidentado. Este puerto se utilizaba para la exportación de mineral desde la década de 1850 en que fue descubierto por la minería del manganeso.
A partir de 1886, el crecimiento de la industria química impulsó la demanda de ácido sulfúrico. The Bede Metal no fue ajena a todo esto, pues disponia en Newcastle de una fábrica de ácido en la que ademas recuperaban los metales contenidos en las cenizas de piritas mediante el proceso Henderson. Esta circunstancia aumentaba las opciones de futuro de la mina Cabezas del Pasto, donde a partir de los 100 m de profundidad escaseaba el mineral de cobre y abundaba la pirita con leyes de azufre superiores al 45 %.
Durante muchos años, los canaleos de Cabezas del Pasto proporcionaron la cáscara de cobre de mayor ley del mundo (98,5 %). Doetsch (1953).
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